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El drama de los presos políticos durante el Mundial '78

En medio de la fiebre futbolística que genera Rusia 2018, cuatro santafesinos/as que sufrieron la cárcel por cuestiones políticas durante la última dictadura cívico-militar y que afrontaron el encierro durante el Mundial de Fútbol 1978, pasaron por el estudio de LT9 y contaron sus historias.

— Juan José Storti

LUNES 02 DE JULIO DE 2018

Silvia Abdolatif, Patricia Ceunink, José Cettour y Luis Larpín compartieron sus vivencias relacionadas al tiempo que estuvieron detenidos ilegalmente por la dictadura cívico-militar, en particular, durante el Mundial de Fútbol de 1978, organizado por el gobierno de Jorge Videla.

La nota se realizó en el programa "Vamos, vamos Argentina". El conductor del espacio, Hugo Sánchez dió el marco histórico al momento que vivía nuestro país en junio de 1978: "El historiador Felipe Pigna escribe que la realización del Mundial de Fútbol en Argentina era un objetivo perseguido por dirigentes políticos y deportivos desde hacía más de cuatro décadas. Finalmente durante el gobierno dictatorial de Levingston en el 1970 nuestro país fue confirmado como sede para  el de 1978. A partir de 1976 la dictadura militar resolvió que el tema del Mundial era una cuestión de Estado, e incluso prohibió a los medios cualquier crítica a la organización y hasta el desempeño de la Selección nacional", fueron las palabras elegidas por Hugo Sánchez para contextualizar la charla con los protagonistas que vivieron desde dentro la represión ilegal.


"El gobierno de Videla creó el Ente Autárquico Mundial '78 con un presupuesto ilimitado que gastó 520 millones de dólares en la realización del Campeonato. Cuatro años después España habría gastado la mitad, realizando otras obras. También lo dice Pablo Llonto en La Vergüenza de Haber Sido: por los años de los años en Argentina y en el mundo el Mundial '78 no podrá despegarse jamás de su rostro oscuro el de una fiesta futbolera que escondía una sociedad víctima de crimenes aberrantes, despojada de su derechos, con las conquistas arrasadas de los de los y las trabajadoras . Una sociedad censurada del derecho a la información y del ejercicio de todas las libertades de básicas", continuó el conductor del programa.


Patricia Ceunink, fue la primera en tomar la palabra para relatar lo que que había vivido en el penal de Devoto mientras se disputaba la pimera Copa del Mundo organizada por Argentina: "Yo creo que la contradicción la vivimos nosotros mucho más que los que estaban afuera, porque nosotros sabíamos lo que estaba pasando, conocíamos las condiciones en las que estábamos. A nosotros ya nos habían llegado informaciones sobre lugares de detenciones clandestinas de tortura y de muerte, sabíamos de compañeros nuestros que nunca habían llegado a las cárceles y cuyos cuerpos nunca habían sido encontrados ni devueltos. Por lo tanto había, digamos, todo un espejo que el mundial no quiso reflejar, al contrario, que quiso ocultar", recordó.


"En ese momento éramos presos políticos pero nosotros estábamos con vida y sabíamos que había cientos de compañeros desaparecidos, que en ese mismo momento funcionaban los Centros Clandestinos: la ESMA, La Perla, aquí en Santa Fe 'La Casita' nunca encontrada, La Guardia de Infantería. Era una situación que no salía a la luz en la Argentina, aunque sí teníamos la esperanza de que una campaña de Derechos Humanos fuera de nuestro país pudiera hacer ver lo que no veían los argentinos. Esa era la situación que vivíamos", continuó con la reconstrucción de esa etapa oscura Silvia Abdolatif, detenida, como los demás, en Santa Fe y trasladada luego a la gigantesca cárcel de Devoto, que en algún momento albergó a más de 1000 mujeres presas políticas de las distintas provincias.

"Devoto siempre tuvo presos comunes, sociales, que tenían otro nivel de vida dentro del penal y por ellos pudimos saber que Argentina había ganado el Mundial. Ese día, yo y otras tantas compañeras estábamos en pabellones, sólo los presos comunes tenían televisor y radio; y por los movimientos, los gritos, por el jarrear en las rejas nos íbamos enterando que íbamos ganando. Tal fue la locura que yo recuerdo perfectamente que la cárcel parecía que se movía. Nosotros empezamos a festejar en el pabellón, en ese momento habremos sido 30 o 35 mujeres. Festejamos hasta que vinieron las celadoras y nos dijeron que nosotros no eramos argentinas, que no teníamos derecho a festejar. Recuerdo que nos pararon al lado de cada cucheta con las manos atrás y la cabeza gacha y nos mantuvieron así hasta hasta llegar a la noche", agregó Silvia Abdolatif, al estremecedor relato de aquel 25 de junio de 1978, cuando el equipo de César Luis Menotti superó a Holanda por 3 goles contra 1.


El Mundial del '78 desde el interior de la cárcel de Coronda

José Cettour y Luis Larpín fueron dos de los tantos santafesinos que fueron detenidos durante la última dictadura cívico-militar, pero en su caso lograron sobrevivir al sistema de tortura y muerte que había instalado el régimen militar: "Era una situación contradictoria porque todos éramos hinchas de fútbol, de Argentina. Veníamos ya del Mundial '74 que no había sido un buen resultado para Argentina y había toda una expectativa que obviamente estaba en contradicción con lo que era el Gobierno, el poder concentrado que estaba destruyendo el país, persiguiendo y matando disidentes políticos, y que tomaba esa bandera del Mundial como una bandera política de adhesión al Gobierno", explicó Luis Larpín en los micrófonos de La Líder.

"La diferencia con las compañeras que estaban en Devoto era que en la cárcel de Coronda estábamos completamente aislados de noticias, teníamos una visita cada 45 días y esa era la única fuente de información. No teníamos diarios ni libros, ni revistas. No teníamos nada para leer más que las indicaciones de los medicamentos. Estábamos casi fuera del mundo", expresó José Cettour. "Es muy difícil que los que escuchan, entiendan lo que lo que quiero manifestar, porque estamos hablando sobre hechos que ocurrieron 40 años atrás. Es como si esto fuera una película vieja", agregó.

Las rondas, las Madres, el periodismo y la denuncia internacional

Otro tramo de la charla estuvo centrada en el rol de la prensa y el control de la información por parte del régimen que intervenía fuertemente en lo que era publicado por los medios de comunicación. "La Argentina vivió una situación a partir del Golpe de Estado del '76 en la que costó muchísimo conocer realmente la verdad. Hoy a 42 años aún seguimos contando la verdad", sostuvo al respecto Silvia Abdolatif.

"Creo que el Mundial obró en contra de lo que la dictadura quería porque la aparición del periodismo alemán, holandés y sobre todo el francés y el español fueron los que más hicieron ver lo que estaba pasando. Y ese reflejo fue el que valió quizás, para que los organismos de Derechos Humanos del mundo pudieran interesarse en Argentina", reflexionó Hugo Sánchez, quien cubrió como periodista deportivo el Mundial '78 para LT9.


"El apoyo internacional que les dieron fue importante para adentro también. La ronda de las Madres comenzó en 1977. La mayor campaña contra la dictadura en la época del Mundial fue llevada a cabo en Europa y a partir de allí, a los meses, la Argentina tuvo la visita de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos. Ahí es donde se comienza a saber un poco más lo que estaba pasando", aportó en relación a esto Patricia Ceunink.

"Nosotros nos reunimos en un organismo que se llama Colectivo de la Memoria, y ahí estamos empoderados todos los expresos políticos que quieran, sin  importar la ideología, lo importante es lo que vivimos y el acto de memoria que podemos hacer para las generaciones futuras", expresó Silvia.

Todos ellos permanecieron detenidos de forma ilegal entre 4 y 6 años y medio de su vida. "Teníamos una condena oculta por la forma en que manejaban la vida y la libertad de la gente. Así como teníamos la vida y la muerte, porque la determinaban los comandantes con poder, también teníamos asignadas condenas", explicó Larpín. 


El primer día en que volvieron a ser libres

Al momento de ser detenido José Cettour tenía dos hijas con su esposa, una de 3 años y otra de 1 año: "Lo recuerdo bastante tragicamente. Volví a mi casa cuando salí, mis hijas ya tenían 8 y 6 años. Y la más chica, cuando vuelvo a la casa y me acuesto con mi esposa, me dice 'qué haces vos acá, te vas' y me echó, y me fui. Aunque al otro día volví", rememoró con un dejo de humor.

"Lo que recuerdo es el verde de los árboles, porque en la cárcel era todo gris. Afuera, para mi era todo verde, verde", resumió Silvia.

"Yo entré a los 20 y salí a los 25, pero lo que recuerdo es haber cruzado sola  Plaza de Mayo, sin haber conocido ni haber estado jamás en Buenos Aires. La primera visión fue una calle y a una cuadra, familiares que estaban en comisión y me gritaban '¡vení, vení!. Ellos me agarraron y me llevaron, ahí vi la Plaza de Mayo por primera vez en mi vida, un cielo totalmente celeste y mucho sol. Después me metieron en un colectivo, viajé a Santa Fe y cuando estaba llegando no podía creer. En la terminal me estaban esperando, mi hijo, mi compañero de ese momento, mis padres y mis hermanas, ese fue el primer contacto que tuve con mi familia y ahí me sentí libre ", contó Patricia.

"Yo salí de La Plata, (luego de pasar por Coronda y Caseros). La primera sensación fue encontrar una distancia mayor a los 10 o 20 metros. Pero la primera cuadra por fuera de la cárcel, donde uno estaba en libertad pero seguía estando en peligro, es una sensación que obviamente uno tenía", narró por su parte Luis Larpín en relación a esos momentos y sensaciones marcadas a fuego.

Volvé a escuchar la emotiva nota completa acá:



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