El juez federal de Santa Fe, Francisco Miño, rechazó intervenir en la causa del jefe de la Delegación Santa Fe de la Policía Federal Argentina, Mariano Valdés, que fue baleado el pasado 9 de septiembre en un confuso suceso ocurrido en el sur provincial cuando se trasladaba por la Autopista Rosario - Buenos Aires junto a la suboficial de la fuerza Rosana González.

Vale recordar que el fiscal federal Walter Rodríguez dictaminó el pasado jueves que la investigación por drogas contra el excomisario debía pasar de la Justicia ordinaria al fuero federal, luego de ser imputado por la jueza Marisol Usandizaga de los delitos de "incumplimiento y omisión de los deberes de funcionario público, encubrimiento, entorpecimiento y alteración de la escena" a pedido de la fiscal Eugenia Lasciarandere.

Sin embargo, Rodríguez había explicitado que esta no no se debía acumular a la causa en la que fue procesado el anterior titular de la fuerza Marcelo Lepwats.

A pesar de ello, Miño rechazó la competencia en el caso con el fundamento de que "no hay indicios graves, serios y concordantes que vinculen a Higinio Bellagio y al excomisario Valdés con maniobras compatibles al comercio de estupefacientes".

"Todavía no está del todo comprobado, más allá de que había partículas, que había metanfetaminas y anfetaminas" en el bolso que hallaron en el despacho del comisario, y que, "en caso de haberlo, tampoco queda claro si hubo el mismo día de la balacera", amplió el magistrado a cargo del Juzgado Federal Nº 2 de Santa Fe.

En este sentido afirma que "tampoco hay conexidad entre esta causa con la causa que tiene detenido y procesado al comisario Higinio Bellagio", segundo de Váldes en la Policía Federal de Santa Fe, según publicó el diario La Capital de Rosario..

"No hay indicios graves, serios y concordantes que vinculen a Higinio Bellagio y el excomisario Valdés con maniobras compatibles con el comercio de estupefacientes, lo que impide configurar el extremo subjetivo necesario para que se configure el dolo de tráfico necesario para calificar la conducta como la más gravosa que describe la ley 23.737", aseguró Miño.

El caso

Valdés fue baleado la noche del 9 de septiembre último a la altura del kilómetro 235 de la autopista Rosario - Buenos Aires cuando conducía un auto junto a la suboficial de la PFA Roxana González.

En un primer momento, el comisario declaró que había sido atacado por tres personas que bajaron de una camioneta y que se trató de "un robo al voleo".

Sin embargo, durante la investigación se descubrió que Valdés se había reunido con los atacantes unos kilómetros antes en una estación de servicios de Ramallo y que, antes de ser baleado, primero dialogó y después discutió con los agresores.

A su vez, los fiscales provinciales descubrieron que el segundo en jerarquía de Valdés en la delegación Santa Fe de la PFA, el subcomisario Higinio Alberto Bellagio, "sustrajo" un bolso deportivo de la escena del tiroteo, que luego fue recuperado por la Justicia en un allanamiento a la sede policial.

Según una pericia, el bolso que había desparecido del auto de Valdés tenía restos de metanfetaminas y un pantalón de jean que había adentro presentaba residuos de éxtasis.

Por esas razones, los fiscales provinciales enviaron el caso a la Justicia Federal de la ciudad de Santa Fe.

La semana pasada, el Juzgado Federal 2 le corrió vista al fiscal Rodríguez, quien dictaminó que el caso debe ser investigado allí, pero que no debía acumularse a la causa en la que está procesado por encubrimiento de un narco el anterior jefe santafesino de la Federal, Marcelo Octavio Lepwalts.

Así lo había señalado la jueza provincial Marisol Usandizaga cuando declinó la competencia para seguir investigando a Valdés.

Según el dictamen al que accedió la agencia informativa Télam, el fiscal consideró que "no aparece con nitidez la presencia de un ligamen razonable entre el objeto procesal de la causa seguida a Valdés y Bellagio y aquellos sucesos" por los que fue procesado Lepwalts.

Valdés fue nombrado en mayo en la delegación Santa Fe de la fuerza federal luego de un allanamiento y detención del anterior jefe Lepwalts, presuntamente ligado a un comercializador de drogas.

Al poco tiempo de asumir su nuevo destino, quedó involucrado en un hecho también vinculado con el delito que debe perseguir.