A partir de este lunes 10 de agosto unos 10.500 alumnos argentinos volverán a tener clases presenciales después de más de 4 meses.

Esta medida fue autorizada por el Gobierno en San Juan, gracias a la situación epidemiológica de la provincia.

"Si se sostiene la realidad epidemiológica, están empezando estudiantes de 14 departamentos de la provincia. El pasado lunes comenzamos con docentes y directivos de escuelas de Catamarca y Santiago del Estero para que inicien en los próximos días", contó el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, el pasado viernes.

Sin embargo, Santiago del Estero tuvo que postergar esta medida por 30 días, luego que se produjera un brote récord en 48 horas.

A este avance, podrían sumarse otras provincias como San Luis, siempre y cuando la situación epidemiológica lo permita.

"La decisión final la tiene el gobernador. Estamos en un momento complejo de la pandemia. Esto es diferente en, por ejemplo, Buenos Aires, a donde no logramos estabilizar los contagios. Esto no implica que las clases regresen en toda una provincia, sino en lugares de menor densidad", detalló.

Además, explicó que el regreso sera de "transición", lo que implica un regreso escalonado por días y cantidad de alumnos.

"Debemos observar el cuidado integral de la salud para que los chicos también puedan recuperar sus procesos de socialización", definió.

También se refirió al proceso de reorganización de la escuela como algo "complejo".

Uno de los puntos en los que más hizo hincapié es que no habrá "promoción automática" y que esta reorganización impactará en el ciclo lectivo de 2022.

"El aprendizaje en el hogar no es el mismo que en la escuela. Más aún cuando hay una sociedad tan desigual. Tendremos que tener en el horizonte una sociedad argentina que va a ser muy diversa al volver a las aulas", afirmó.

El funcionario, que es papá de tres niños, indicó que toda esta situación "no es fácil" para las familias.

"Pasamos a valorar más el proceso de enseñanza y aprendizaje en la escuela. Más aún en un momento que los chicos viven con angustia. Tengo una nena de segundo grado y es la que más está sufriendo. Yo trato de acompañarlos, pero no tengo la presencia que me gustaría tener", comentó.