El Dr. Alejandro Musacchio preside la Fundación para la Cobertura del Aneurisma Cerebral y es miembro de la Asociación Argentina de Neuroradiología Diagnóstica. En el día del ACV, explicó por LT9 de que se trata estos eventos que son la segunda causa de muerte en el mundo, después de las enfermedades cardíacas, que son la primera. 

“Es muy importante saberlo porque se mueren aproximadamente 130 mil argentinos por año a causa de Accidentes Cerebro Vasculares”, dijo.

Y explicó que “es una enfermedad que ataca y mata a mucha gente. Hay dos tipos de ACV: El hemorrágico, por el famoso derrame cerebral y el ACV isquémico, que es que sufre aproximadamente el 80 por ciento de las personas y es la oclusión de las diferentes arterias del cerebro, por un cloágulo o una estrechéz por esclerosis y eso deja sin circulación a toda una parte del cerebro”.

“Los factores de riesgo, más para los isquémicos que para los hemorrágicos son la diabetes, la hipertensión arterial que siempre está en el 80 por ciento de los casos, la obesidad, tabaquismo, alcoholismo, el abuso de drogas, stress y la falta de actividad física, todo esto conforma un sindrome metabólico. La gente tiene que saber que todas estas enfermedades que son reversibles hay que llevarlas a cero o mantenerla en valores normales”.

Musacchio aseguró que “si se controlan todos esos parámetros se minimiza el riesgo de sufrir un ACV”. 

Pero agregó que “hay factores que no son modificables, como edad sexo y raza son inmodificables, igual que el componente genético. Por eso es importante verificar que uno no trae ese antecedente genético”.

Sobre las señales ante las que hay que ponerse en alerta, el especialista puntualizó que “en un hemorrágico, el síntoma más claro es el terrible dolor de cabeza, puede provocar vómitos, déficit motor, dejar de hablar y hasta un estado de coma”.

“En el caso del ACV isquémico, como no se rompe nada, no provoca dolor pero si un déficit, por eso es importante estar atento si se le tuerce la cara, un trastorno en el lenguaje, puede estar confuso, desorientado, por eso es importante hacerle preguntas sencillas que pueda responder, hacerlo sonreir para ver si se le tuerce la cara y hacerle levantar los brazos para ver si uno cae y hay un déficit motor”. 

Y recomendó que “si pasa eso, en los dos casos, pero más en un ACV isquémico, hay que llevarlo de manera urgente a un sanatorio o un hospital, porque hay 4 horas para tratarlo, con medicamentos o a través de técnicas intervencionistas disolver o sacar los coágulos”.