El colapso de la presa de Nueva Kajovka, en el río Dniéper, ha provocado evacuaciones masivas al inundarse rápidamente poblaciones de una extensa zona.

También ha puesto en peligro cultivos y animales de granja, ha amenazado el suministro de agua potable y las comunicaciones.

Al menos siete personas se encuentran desaparecidas en la ocupada ciudad ucraniana de Nueva Kajovka, en la región sureña de Jersón, tras la destrucción de la cercana presa.

“Tenemos información de al menos siete personas" desaparecidas, dijo a la agencia TASS el alcalde impuesto por Rusia en la localidad, Vladímir Leontiev.

Volodímir Zelenski describió la catástrofe de la presa como "una bomba medioambiental de destrucción masiva" y culpó abiertamente a Moscú.

"El mundo entero conocerá este crimen de guerra ruso, el crimen de ecocidio. Esta destrucción deliberada de la presa y otras instalaciones de la central hidroeléctrica por parte de los ocupantes rusos es una bomba medioambiental de destrucción masiva. 

Por su propia seguridad, el mundo debe demostrar ahora que Rusia no se saldrá con la suya con semejante terror", dijo el mandatario ucraniano durante una alocución.

La presa y central hidroeléctrica de Kajovka, en el río Dniéper, se encuentra en una zona crítica para el abastecimiento de agua a la península de Crimea, ocupada por Rusia. Tanto Ucrania como Rusia se han esforzado por rescatar a los habitantes del área.

El Gobierno ucraniano asegura que Rusia llevaba meses preparando el presunto ataque contra la presa. El Kremlin apunta a Kiev como la única responsable de la destrucción de Kajovka.

"Fue minada por los ocupantes rusos y la hicieron estallar", subrayó el embajador ucraniano ante la ONU, Sergiy Kyslytsya, durante una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad.

Entre tanto, expertos afirman que el principal problema que afectará al futuro de la región será la necesidad de una operación de limpieza masiva para descontaminar las tierras agrícolas y los cursos de agua. (Europa News)