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XVII Ciclo de Cine debate: El niño pez

Lala, una adolescente que vive en el barrio más exclusivo de Buenos Aires, está enamorada de la Guayi, la mucama paraguaya de 20 años que trabaja en su casa. Sueñan con irse a vivir juntas a Paraguay, a orillas del lago Ypoá. La venganza, el riesgo, el sexo y la sangre van tejiendo una trama que apuesta a encontrar una salida de la incertidumbre con la que muchos jóvenes viven en el mismo mundo que condenan.
Cine
Criticas
Hacía mucho tiempo que el cine nacional no aportaba un sólido e intenso film noir como El niño pez. Un suspenso que bebe de distintas fuentes y que, bien dosificado por Lucía Puenzo, lleva al espectador a seguir las difíciles peripecias de Lala (Inés Efron), la adolescente hija de un juez, y Ailín, la Guayi (Emme), su mucama paraguaya, que se enredan en una serie de problemas cada vez más complejos.
El filme arranca contando la historia en dos tiempos paralelos. Por un lado, vamos conociendo la relación amorosa que mantienen ambas y el plan que tienen de juntar dinero para irse a vivir a Paraguay. Paralelamente vemos a Lala, después, yendo allí sola mientras por TV nos enteramos que su padre ha muerto en circunstancias confusas y que la Guayi es detenida por la Policía.
Así seguirá la historia, con Lala hallando al padre de Ailín (Arnaldo André, interpretando a un... ex galán de telenovelas) y enterándose de algunos secretos de la vida previa de su novia. Y, por otro, volviendo al pasado para descubrir cómo se llegó a esa muerte y cuáles son las consecuencias.
Descubrir realmente qué pasó es secundario, ya que el acento está puesto en el desarrollo de los personajes y en sus relaciones. Y allí está lo mejor de la película: son seres ambiguos, difíciles de definir, de saber cómo y porqué actúan. Tanto Ailín como el Vasco, el hombre con quien vive, pueden estar tramando algo a espaldas de Lala, la muerte del juez puede venir por varios lados (Lala, la Guayi, el Vasco o enemigos políticos) y la relación entre las chicas puede ser sólo una apariencia. O no.
Pese a tener una historia truculenta y bastante oscura (hay violaciones, incestos, prostitución forzada, etc), la película se pone del lado de sus personajes y jamás simplifica sus motivaciones, tornándolos héroes o villanos. Hay un grado de humanidad y de dignidad en casi todos ellos (aún en los que cometieron actos moralmente imperdonables) que es inusual en el cine nacional.
Uno podría imaginar que El niño pez cruza aspectos de Leonera y La Ciénaga, pero tratándose de una novela original que es previa a uno de esos filmes, es evidente que las similitudes son más de impresión que de referencia. La película marca un gran crecimiento en materia cinematográfica para Puenzo. Formalmente es un filme mucho mejor armado y menos obvio y didáctico que XXY. Y, narrativamente, logra que el riesgo de contar en varios tiempos sea comprensible por el espectador. Pero sobre todo están los personajes, muy bien delineados, y las actuaciones, entre las que se destaca Emme, toda una revelación como una Guayi que es un manojo de emociones mezcladas y sensualidad a flor de piel.
Los dos filmes de Puenzo tienen similitudes notables: difíciles relaciones entre padres e hijos, adolescentes confundidos, y un universo oscuro y con aristas violentas en el que cualquiera puede terminar metido. Pero en todos hay, al final, una pequeña luz que ilumina una salida posible.

Fuente: Clarín
Clarín: Muy Buena
La Nación: Buena

  • 22/10/2019 18:30:00
  • 96' min
  • Argentina.
  • Lucía Puenzo
  • Inés Efrón, Pep Munné, Arnaldo Andre, Carlos Bardem.
  • Martes 22 de octubre a las 18.30 hs
  • SAM 16

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