La construcción del nuevo enlace entre Santa Fe y Santo Tomé incorporará una modificación clave en los próximos días: la instalación de un terraplén sobre el cauce del río Salado. La medida busca garantizar el avance de los pilotes en ese sector, luego de que la bajante del Paraná impidiera el ingreso de los pontones necesarios para operar sobre el agua.
El Administrador General de Vialidad Provincial, Pablo Seghezzo, explicó que la situación hídrica forzó el cambio de estrategia. “Hace meses que esperamos una mejora en el nivel del Paraná, pero no ocurre. Por eso decidimos avanzar con un terraplén que deje un canal libre de 30 metros y permita el escurrimiento mediante cañerías subterráneas”, señaló. Los trabajos comenzarán la próxima semana, tras la aprobación de los estudios hídricos y ambientales correspondientes.
En paralelo, se espera la llegada desde China de un lanzavigas, una estructura fundamental para colocar las vigas prefabricadas del puente. “Es una gran inversión. Llegará a Chile, se desarma, y luego se instalará en Santa Fe. Esperamos tenerlo operativo en diciembre”, detalló Seghezzo.
Mientras tanto, las vigas fabricadas en San Luis y San Agustín ya comenzaron a despacharse, con un avance del 20% del total previsto. Actualmente, la obra registra un progreso general cercano al 20%, con el 80% de los pilotes y más de la mitad de las columnas terminadas.
El funcionario destacó que el financiamiento está asegurado y que los pagos se realizan sin demoras, lo que permite sostener el ritmo de ejecución. Además, subrayó la importancia de minimizar el impacto ambiental y mantener la planificación pese a las condiciones climáticas: “Las obras deben hacerse con responsabilidad. Hoy el Paraná y el Salado están bajos, así que es el momento de avanzar”, concluyó.






















