Creada en 1941, la Agencia Francesa para el Desarrollo es actualmente uno de los entes financieros activos más antiguos por fuera de la estructura del Banco Mundial.
Esta fuente financiera nació con el nombre de “Caja Central de la Francia Libre”, y recién en 1998 se convirtió en la actual “Agence Française de Développement (AFD), bajo el doble control del Ministerio de Asuntos Exteriores y del Ministerio de Economía y Finanzas del Estado francés.
El primer contacto formal con Santa Fe en un marco de institucionalidad
En el mes de noviembre de 2023, en pleno proceso de transición entre los gobiernos de Omar Perotti y de Maximiliano Pullaro, una delegación de la Agencia visitó la ciudad de Santa Fe, en medio de un proyecto de financiamiento para programas ambientales.
Horas antes de la reunión desarrollada en Casa de Gobierno, Omar Perotti concedió una entrevista a LT9, en la que se refirió al encuentro destacando la participación de integrantes de los equipos de su sucesor en el cargo.
En ese sentido, el mandatario aún en funciones, reivindicaba la institucionalidad perseguida por la Provincia, evaluando dicha instancia como la de un proyecto robustecido por “verdaderas políticas de Estado”. En aquellas declaraciones radiales, el ex gobernador subrayaba que “podemos tener diferencias en algunas miradas, pero en las cuestiones de fondo, Santa Fe tiene un valor diferencial en institucionalidad y hay que cuidarlo”.
La aprobación de la primera línea de la AFD para una provincia argentina
Tras la citada reunión, durante el último tramo del período 2019-2023, se logró la aprobación de la AFD para un préstamo a Santa Fe destinado a obras de infraestructura relacionadas al cuidado ambiental.
Sin embargo, el convenio sobre el otorgamiento a la Provincia del crédito de 65 millones de euros, fue firmado el día 20 de febrero de 2024, cuando Maximiliano Pullaro ya transitaba más de dos meses de gestión.
Es de hacer notar, que en la ceremonia realizada en la Embajada de Francia en Argentina, estuvo presente el ya para entonces ex–gobernador Omar Perotti, quien al igual que su sucesor, se encargó de destacar que se trataba del “primer préstamo directo de la AFD a una provincia argentina”.
La prolongación del vínculo
A mediados de este mes de diciembre, fue promulgada la ley que autoriza al Poder Ejecutivo a contraer un empréstito de 50 millones de euros con la AFD, contemplando un plazo mínimo de amortización de 15 años, incluido un período de 5 años de gracia.
En este caso, el préstamo está orientado a ejecutar un ambicioso plan de reducción del consumo energético en hospitales, escuelas y aeropuertos.
La iniciativa prevé una disminución del 40 % en el consumo energético de los edificios intervenidos, mediante reformas de infraestructura, instalación de tecnología de bajo consumo y adecuación climática.
Entre los inmuebles incluidos se encuentran los aeropuertos de Sauce Viejo y Rosario, los hospitales José María Cullen de Santa Fe y Centenario de Rosario, así como más de 20 escuelas distribuidas en todo el territorio provincial.
Una larga tradición de la opción por el crédito directo y por las fuentes no tradicionales
En el contexto de la década iniciada en el año 1990, el crédito internacional ofrecido a provincias argentinas provenía de fuentes tradicionales, es decir, de aquellos organismos financieros concebidos en el marco de los Acuerdos de Bretton Woods como por ejemplo: el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La incorporación del Artículo 124 a la Constitución Nacional, que permitió a los gobiernos provinciales convenir préstamos internacionales directos, tuvo un efecto de lento impacto en el mercado financiero en el que interactuaban las provincias.
En ese sentido, la masa de Estados provinciales, prolongó por muchos años una tendencia generalizada a la gestión del crédito indirecto, entendido como aquel que es destinado a un actor subnacional, pero bajo solicitud y negociación a cargo del Poder Ejecutivo Nacional, que ejecuta en cupos los desembolsos que correspondan según lo convenido con la parte dadora del préstamo.
En ese mercado dominado por el crédito externo indirecto, Santa Fe comenzó a afianzar su estrategia de vinculación en la búsqueda del crédito internacional directo, préstamos que la Provincia negocia y suscribe de forma autónoma haciendo valer su firma para el contrato con la contraparte, necesitando de la Nación sólo su acompañamiento para dar cumplimiento a la garantía requerida en la formalización del contrato.
Además de exhibir una progresiva orientación al crédito directo, Santa Fe se fue inclinando de manera marcada por las fuentes crediticias no tradicionales, o sea, hacia aquellos proveedores financieros que prácticamente no incidían en los stocks de deuda.
En el caso de las provincias argentinas, el concepto de Fondos no tradicionales, aplica generalmente para señalar las líneas de préstamo convenidas por fuera de la órbita del BIRF o del BID, organismos que han predominado como contrapartes de actores subnacionales en el campo de la gestión financiera internacional de las provincias.
Como puede inferirse, el caso de Santa Fe, con su muy buena vinculación con la AFD, resulta de un “aprendizaje” obtenido a través de una política internacional subnacional coherente y sostenida por décadas.
Como en otras operaciones, esta gestión financiera internacional de la Provincia, vuelve a representar una muestra clara acerca de las oportunidades que acarrea el accionar subnacional externo, cuando se ejerce desde una mirada institucionalista.






















