Una investigación reciente del Centro de Estudios Demos encendió una nueva alarma sobre los hábitos de consumo de sustancias entre jóvenes santafesinos.
Ocho de cada diez personas dijeron haber consumido alguna “droga”, detalló a LT9 la referente de la organización, Soledad Rodríguez Orsi, en un estudio sobre más de 350 personas entre 15 y 45 años de la ciudad de Santa Fe.
La investigación, titulada “Hablemos de consumo: tendencias sobre los hábitos de los jóvenes santafesinos”, buscó producir datos regionales y provinciales sobre distintas problemáticas.
Según detalló la socióloga, el inicio se concentra principalmente entre los 13 y 15 años, pero también “hay un número grande” que empieza antes de los 13.
¿Con qué inician? El alcohol: “Está muy naturalizada, es lo que más predomina”, afirmó.
Policonsumo, estabilización y psicofármacos
Según el relevamiento, en la adolescencia predominan hábitos más experimentales. Rodríguez definió este período como de “policonsumo”, porque se prueban sustancias “más variadas y sobre todo más riesgosas”.
Luego, durante la juventud, se consolida el consumo de alcohol y marihuana, mientras que en la adultez se “estabilizan” esas dos y aumenta “fuertemente” el uso de psicofármacos.
La distribución por género también mostró diferencias. La socióloga indicó que mayoritariamente son los varones quienes predominan en sus usos, a excepción de dos: el tabaco y los psicofármacos son las que inician mayoritariamente las mujeres.
Rodríguez también alertó sobre la presencia de otras sustancias en los relatos consultados.
Señaló que “uno de cada cuatro varones dijo haber consumido o consumir cocaína”, y se detectaron resultados “alarmantes” de drogas sintéticas y tranquilizantes.

¿Dónde hablar del tema?
El estudio incluyó una sección dedicada a las percepciones sobre prevención
Allí hubo un amplio consenso sobre el rol de las escuelas: “El 95% de la encuesta manifestó que sea la escuela el lugar de abordaje”, detalló Rodríguez.
En el caso de los más jóvenes, el 85% de 15 a 22 años señalaban que la escuela era lugar”, reafirmando ese espacio como el más indicado para hablar del tema.
Por otro lado, el ámbito familiar aparece como un espacio con mayores obstáculos. “El 40% decía que la familia era un lugar difícil para hablar del tema”, expresó.
El informe también reflejó las consecuencias de la exposición sostenida a sustancias. Entre los testimonios relevados, muchas personas señalaron que el uso de productos psicoactivos afectó su desempeño en lo laboral, escolar, físico y en los vínculos con la familia y amigos.
Además, el 40% dijo que necesitó “de la ayuda de otros para salir adelante de estos consumos”, remarcó Rodríguez.

Estado y comunidad
Desde Demos organizaron organizaron dos mesas con especialistas y estudiantes para validar el informe, en las que también participaron representantes del Estado, del ámbito legislativo, organizaciones sociales y profesionales de salud mental.
Según Rodríguez, todos coincidieron en un punto: la necesidad de iniciar más temprano el abordaje de las problemáticas.
Finalmente, remarcó que se debe abordar con una mirada integral. “El Estado en su totalidad debe involucrarse porque es complejo desde lo comunitario”.
