El movimiento turístico generó un impacto económico total cercano a los $ 30.000 millones, de los cuales casi $ 7.000 millones fueron en Rosario y otros $ 9.000 millones en la ciudad de Santa Fe. Aunque predominó el turismo excursionista y de cercanía, el receso invernal dejó beneficios concretos para la gastronomía, el comercio, el transporte y los servicios locales.
La provincia desplegó una amplia agenda gratuita con propuestas en museos, plazas, espacios culturales y festivales populares. En Santa Fe capital, el evento “El Invernal” reunió a más de 60.000 asistentes, mientras que el recital de Lali Espósito agotó localidades. En Rosario, la Expo Sabores y Algo Más convocó a 150.000 personas y el Festival Tanabata celebró la cultura japonesa con 12.000 asistentes.
Otras fiestas destacadas fueron la Fiesta del Amarillo en Helvecia, con 30.000 visitantes, la Fiesta de la Bagna Cauda en Humberto Primo y el Festival de Teatro en Rafaela reunieron a 15.000 espectadores. Además, el programa “Viajá por tu provincia” promovió el turismo interno con circuitos guiados por destinos históricos y culturales como Cayastá, Esperanza y San José de la Esquina. La política de acceso libre a la cultura y el fortalecimiento del turismo local consolidaron a Santa Fe como un destino para disfrutar todo el año.
