La provincia de Santa Fe se consolidó en los últimos años como el distrito mayor desarrollo mutual del país, con más de 4 millones de asociados y presencia en casi todas las localidades, duplicando en número e impacto a la jurisdicción que le sigue (Córdoba).
“El mutualismo está en el ADN santafesino”, afirmó hoy Gustavo Bernay, presidente de la Federación de Mutuales Brigadier López, en diálogo con LT9. En esta línea, recordó que Rosario es la capital del mutualismo y Sunchales la del cooperativismo.
Clubes, comisiones, asociaciones civiles, cooperativas y mutuales en cada localidad santafesina son reconocidas “por su cercanía con la gente” y por su variedad de oportunidades: atención a ancianos, colegios, líneas de salud, educación, préstamos y vivienda, entre otras. Por eso, el dirigente mutualista definió al sector como “estratégico”.
“Los recursos que genera una comunidad quedan ahí a través de la mutual. Las líneas de crédito están pensadas para las necesidades locales, no como las de los bancos que muchas veces no tienen nada que ver con un pueblo de 5.000 habitantes”, explicó.
El desafío de subsistir y mejorar
A pesar de las crisis económicas del país, Bernay destacó la “solidez” del sector. “Hemos atravesado todas: Tequila, 2001… algunas mutuales no sobrevivieron, pero la gran mayoría sí y están muy firmes”, dijo. Sin embargo, el presente nacional “complicó mucho más que antes a las más pequeñas, pero están de pie.
El dirigente remarcó que la transformación de la sociedad con el avance de la tecnología es uno de los grandes desafíos para la subsistencia, ya que la mutual “siempre fue un lugar de encuentro, especialmente en los pueblos”.
En este sentido, advirtió que “hoy los chicos no pisan un banco. Y las redes sociales, las fintechs, modificaron el contacto humano”.
Para convocar a las juventudes a participar de las asociaciones y mutuales, Bernay apuntó a “ofrecer servicios y herramientas parecidos” a los que ya manejan, porque “con la palabra sola no van a llegar”, y avanzar en acuerdos con otros actores económicos y sociales.
Sin embargo, esos cambios tecnológicos no deben implicar abandonar la identidad mutualista ni “tirar a los viejos socios por la ventana, hay que mantener el cara a cara”, señaló.
Además, convocó a trabajar en estadísticas del sector sobre las ayudas sociales y económicas que desarrollan en las comunidades: “Si los tuviéramos, se asombrarían todos”, aseguró.
Finalmente, el presidente de la Federación auguró un un futuro “esperanzador”, ya que las mutuales “han demostrado su valor en cada crisis. Son organizaciones gestionadas por sus propios socios y eso nos hace fuertes, con la responsabilidad de estar siempre cerca de la gente”.
