Así lo comunicó el presidente en sus redes sociales una vez que se dio a conocer el pedido de 12 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer en cargos públicos contra la vicepresidenta. Desde el Gobierno calificaron esto como «persecución judicial y mediática» según un comunicado emitido.
ras la última jornada de alegatos por la Causa Vialidad en contra de la vicepresidenta Cristina Kirchner en la que, junto a Lázaro Báez, se la acusa de presunta corrupción en la obra pública en Santa Cruz, el fiscal Diego Luciani expuso su pedido de condena: 12 años de prisión efectiva además de inhibición perpetua para ocupar cargos públicos.
A raíz de esto, el presidente Alberto Fernández se expresó mediante sus redes: «Hoy es un día muy ingrato para alguien que, como yo, se ha criado en la familia de un juez, se ha educado en el mundo del derecho y enseña Derecho Penal hace más de tres décadas. Vuelvo a transmitir mi más profundo afecto y solidaridad a la vicepresidenta @CFKArgentina».
El posteo estuvo acompañado por un comunicado el cual señala que «el Gobierno Nacional condena la persecución judicial y mediática contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner que quedó expresada hoy, una vez más, en el alegato final y pedido de pena en la denominada Causa Vialidad».
«Ninguno de los actos atribuidos a la ex Presidenta ha sido probado y toda la acusación que se le carga se refiere únicamente a la función que ejercía en ese período lo cual degrada lastimosamente los más elementales principios del Derecho Penal moderno», apunta a continuación.
Por último, el texto hace referencia a una expresión de «solidaridad» por parte del Gobierno para con la vicepresidenta «frente a esta persecución y búsqueda de proscripción que se enmarca en intentos similares llevados adelante contra otros líderes populares cuando la justicia se pone al servicio de poderes fácticos».
El comunicado fue publicado por quien encabeza el Ejecutivo minutos después de conocerse de manera oficial el pedido de condena por parte de la fiscalía, lo que expone que la movida de respaldo hacia la vicepresidenta estaba preparada con antelación.
