El próximo sábado 1 de octubre, se actualizará el Impuesto a los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono por primera vez en casi dos años.
Las petroleras trasladarán ese ajuste al surtidor lo que representaría una suba cercana al 4 por ciento. Sin embargo, es probable que el incremento en el precio de las naftas y el gasoil termine siendo mayor, pues las empresas quieren aprovechar para aplicar un incremento adicional que acompañe la variación que registró el tipo de cambio y la inflación.
Según calculó Energy Consilium, dirigida por el ex ministro Juan José Aranguren, la suba será de $ 4,90 por litro en la nafta y de $ 3,20 en el gasoil, que para el caso de YPF en la Ciudad de Buenos Aires consiste en un impacto de entre 1,7% y 3,7%, de acuerdo a la variedad del combustible.
La venta de combustibles muestra una sostenida caída en los últimos meses, con lo cual este nuevo incremento puso en alerta a los dueños de estaciones de servicio que sienten la caída de la recaudación.
