El Gobierno de Santa Fe realizó un análisis sobre los datos e informes disponibles de las condiciones climáticas, meteorológicas e hidrológicas que influyen en el comportamiento del Río Paraná.
En base a los datos del estudio, se espera que la masa de agua mantenga niveles medios a medios-bajos durante noviembre, diciembre y enero, con previsión de lluvias inferiores a lo normal y una tendencia climática hacia La Niña.
En diálogo con la Nueca Nueve, el ingeniero Juan Borús, del Instituto Nacional del Agua (INA), analizó la evolución del río Paraná y las perspectivas climáticas para el verano.
Borús explicó que la transición del Pacífico hacia una fase neutral reduce la influencia de los fenómenos Niño y Niña, por lo que los forzantes climáticos regionales se vuelven determinantes para las lluvias y los caudales de la cuenca del Plata.
En este sentido, destacó que entre fines de octubre y noviembre llovió favorablemente en la alta cuenca del Paraná en Brasil, lo que permitió sostener niveles de aguas medias en todo el sistema. En Santa Fe, el río se ubica actualmente cerca de los 2,78 metros.
El especialista anticipó que en los próximos días habrá lluvias en la cuenca baja del Paraguay, lo que ayudará a mantener los niveles actuales. Sin embargo, aclaró que estas condiciones cambiarán pronto.
Descenso gradual y lluvias por debajo de lo normal
Borús señaló que desde la segunda mitad de diciembre comenzará un descenso progresivo del Paraná. Aclaró que este comportamiento no implica un escenario de crisis como el de 2020–2022: “No estamos ante un posible escenario de bajante extrema“, aseguró.
El ingeniero proyectó que el año podría cerrar con valores cercanos a 2 a 2,20 metros en Santa Fe. Además, indicó que el trimestre diciembre-enero-febrero presentará lluvias por debajo de lo normal en la Mesopotamia y el litoral, incluida la zona norte de Santa Fe.
Consultado por la histórica maratón Santa Fe-Coronda, prevista para el 1 de febrero, Borús afirmó que el río se encontraría “un poco más bajo de lo que tiene ahora“, con ríos provinciales -como el Salado, Feliciano y Tapenagá- también aportando caudales bajos.
Finalmente, remarcó que la mayor variabilidad climática, potenciada por el cambio climático, obliga a seguir con especial atención los pronósticos de corto plazo, ya que pueden ocurrir eventos puntuales de lluvias intensas incluso en un trimestre de tendencia seca.
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