Hay recetas que no son solo recetas: son excusas para juntarse, reír, charlar y disfrutar del aroma que va saliendo del horno mientras la cocina se llena de vida. El chipa es una de esas. Pequeño, doradito, con ese sabor único del queso y la textura inconfundible que lo convierte en un clásico para cualquier mateada.
Y lo mejor: hacerlo en casa es facilísimo. Solo necesitás algunos ingredientes, ganas de ensuciarte un poco las manos y buena compañía. Porque sí, el secreto no está solo en el queso… está en cocinar en familia.
Ingredientes (para una tanda generosa de chipas)
• 500 g de almidón de mandioca
• 250 g de queso duro rallado
• 125 ml de leche
• 2 huevos
• 60 ml de aceite
• 1 cucharadita de sal
Preparación
1. En un bowl grande, mezclá el almidón de mandioca con la sal.
2. Sumá la leche, los huevos y el aceite.
3. Incorporá el queso rallado y empezá a amasar hasta lograr una masa suave y homogénea.
4. Armá bollitos (¡acá es donde los más chicos pueden ayudar!).
5. Llevá al horno a temperatura media hasta que estén doraditos y bien tentadores.
Tip con onda
Lo mejor del chipa es que cada familia le pone su impronta: algunos usan quesos mezclados, otros los hacen mini para picotear, y hay quienes agregan un toque de manteca para más suavidad.
Lo importante es que, mientras esperás que salgan del horno, la cocina se llene de charla, risas y ese olorcito que anticipa el momento de compartir.
Así que ya sabés: la próxima vez que quieras un plan distinto, juntá ingredientes, manos y ganas.