En medio de un clima de creciente tensión, trabajadoras y trabajadores del Hospital Garrahan vuelven a encender las alarmas sobre la crítica situación que atraviesa la institución.
En exclusivo por la Nueva Nueve, Cristina Alonso, jefa del área de laboratorios especializados, expresó con crudeza: “Estamos con el optimismo de la voluntad, pero esto no da para más. El hospital se está vaciando día a día”.
Desde hace más de un año, las autoridades del Garrahan denuncian la falta de interlocutores válidos y la paralización de decisiones. “Las autoridades del hospital no tienen autonomía de decisión, todo queda en el Ministerio de Salud, y desde Salud nos dicen que todo depende de Economía. Así estamos hace más de un año”, explicó Alonso.
Uno de los principales reclamos gira en torno a la situación salarial, “solicitamos que ningún puesto del hospital cobre por debajo de $1.800.000, lo consideramos un piso de dignidad”, sostuvo la especialista.
Además, exigen el cese de las represalias y el retiro de acusaciones públicas de “ñoquis” o “militantes partidarios”, que consideran ofensivas y carentes de fundamento.
Mientras aguardan una nueva audiencia de conciliación, prevista para este jueves, la asamblea de trabajadores decidirá si se mantiene el paro convocado para esta semana. “No queremos estar de paro, no es algo que disfrutamos. Reprogramar turnos y cirugías implica un esfuerzo extra enorme”, remarcó.
Desgaste estructural del hospital
El panorama interno es desolador, según detalló Alonso desde principios de 2025 prácticamente no hay reemplazos, “hicimos un relevamiento entre los jefes y el 80% de los cargos que se fueron no fueron cubiertos”.
El Garrahan atiende alrededor de 600.000 consultas anuales, realiza 10.000 cirugías y 2 millones de análisis de laboratorio. Actualmente cuenta con 580 camas “con una ocupación del 93% y atiende cerca del 50% de los niños con cáncer en Argentina, tengan obra social o no” detalló.
A pesar del deterioro, el fuerte vínculo del hospital con la comunidad se convierte en un eje fundamental de lucha: “Recibimos mucho cariño, en las redes, en las marchas, en los bocinazos. Las familias están preocupadas, saben que esta situación pone en riesgo la calidad de atención”.
Finalmente, Alonso advirtió sobre la campaña de desprestigio y violencia simbólica de parte del Ejecutivo Nacional, “no corresponde ni el modo en el que lo hacen ni el contenido. El encargado de prensa del hospital renunció cuando le quisieron hacer publicar un comunicado contra los residentes. Eso era letra dictada desde otro lado, no es la forma en que nos dirigimos entre nosotros”, concluyó Alonso.
Mientras el conflicto continúa, la salud de miles de niñas y niños argentinos depende de una pronta y seria respuesta del gobierno nacional.
