La llaman cocaína rosa, pero lo único cierto de su nombre es el color. En realidad, es una droga de síntesis (Son sustancias químicas de síntesis con una gran potencia y rapidez de acción) que pertenece a la familia de las fenetilaminas psicodélicas y tiene un nombre mucho menos atractivo para los consumidores habituales de cocaína y otras sustancias psicoestimulantes: 4-bromo-2,5-dimetoxifeniletilamina. También se conoce como 2C-B, tusi, tucibí o nexus, entre otras muchas denominaciones.
Respecto al color rosa, los expertos señalan que es una “consecuencia de los productos que se utilizan en su síntesis”. El tono rosado también puede ser una estrategia de márketing de esta sustancia que, al igual que la cocaína, generalmente se toma de forma inhalada (se esnifa). Ambos estupefacientes comparten ciertos efectos, pero los expertos recalcan que son muy distintos. En ocasiones también se distribuye en pastillas.
No se trata de una droga nueva pero en muchas ocasiones se alude a su novedad porque se pone de moda de forma periódica.
Efectos
Los efectos pueden variar en función de la dosis que se ingiera. tiene “un potente efecto estimulante, similar al de la cocaína o el éxtasis” en términos generales, mientras que el efecto psicodélico parecido al del LSD -con alteraciones de la percepción y alucinaciones- tiende a manifestarse con dosis más altas.
Se suele consumir en fiestas electrónicas, no es una droga barata. Se ha llegado, incluso, a calificarlo como el estupefaciente de la alta sociedad.
Efectos no deseados de la cocaína rosa
La creencia de que los efectos de las drogas dependen únicamente de la cantidad que se consuma está muy extendida. Aunque es cierto que la dosis tiene un gran peso, los especialistas afirman que “no es una cuestión de sobredosis, sino de idiosincrasia”. Cinco personas pueden estar consumiendo la misma sustancia y puede suceder que solo una de ellas tenga una reacción adversa grave.
Respecto a los efectos adversos y peligros que representa el consumo de 2C-B o cocaína rosa, los expertos indican que suelen ser de tipo cardiovascular y neurológico. Cabe destacar los siguientes síntomas y manifestaciones:
- Ansiedad.
- Ataques de pánico.
- Agitación.
- Hipertensión arterial.
- Arritmias cardiacas.
- Cefaleas.
- Vómitos.
- Sudoración.
- Pupilas muy dilatadas (midriáticas).
En los casos más graves se puede producir lo que se conoce como síndrome toxicológico simpaticomimético, que se traduce en, entre otras posibilidades, crisis convulsivas y enfermedades coronarias como angina de pecho, infarto de miocardio, puede causar ictus ( enfermedad cerebrovascular que afecta a los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro. También se le conoce como accidente cerebrovascular (ACV), embolia o trombosis y episodios psicóticos.
Finalmente, hay otras complicaciones que se presentan con menor frecuencia, pero que son extremadamente graves, como la hipertermia maligna o el fallo multiorgánico, que desemboca inexorablemente en el fallecimiento del afectado.