A una semana de los comicios presidenciales en Bolivia, la incertidumbre política crece ante la posibilidad de una segunda vuelta electoral inédita en el país andino. Según explicó en exclusivo por la Nueva Nueve el periodista Julio Peñaloza, “se han llevado adelante como una docena de encuestas manejadas por empresas vinculadas a medios de comunicación hegemónicos”, pero “muchos insisten que son digitadas”, lo que invita a la cautela sobre sus resultados.
Peñaloza señaló que el actual presidente Luis Arce Catacora, representante del Movimiento al Socialismo (MAS), enfrenta una crisis interna producto de la fragmentación de su espacio político. “Evo Morales ha sido el autor de la autodestrucción del MAS”, afirmó y sostuvo que el exmandatario “jamás aceptó de manera consciente, madura, serena un sucesor para la candidatura a la presidencia del MAS”.
Esta fractura se refleja en la división del voto oficialista, entre las candidaturas de Andrónico Rodríguez y Eduardo del Castillo, y el llamado de Morales al voto nulo, lo que “puede ayudar enormemente a que un candidato de derecha llegue finalmente a la presidencia”. En este sentido, Peñaloza advirtió que “por primera vez en la historia electoral de Bolivia se podría llegar a una segunda vuelta”, debido a que “la ley electoral dice que debes tener un diez por ciento de diferencia entre primero y segundo y pasar el 40% para ganar en primera vuelta, cosas que parecen no va a suceder”.
Contexto económico y posible desenlace electoral
Esta crisis se agrava en un contexto económico complejo: “Tenemos dificultades por escasez de dólares, por un problema serio de canasta de alimentos con incrementos considerables y por un problema de abastecimiento regular de carburantes”. Asimismo, señaló que “hubo momentos de desabastecimiento absoluto, con filas larguísimas en las ciudades y kilómetros en las carreteras por la falta de gasolina y diésel”.
Para finalizar, comentó que en caso de que suceda una eventual segunda vuelta, la misma estaría prevista para la segunda semana de octubre, con el nuevo presidente asumiendo en noviembre, un proceso que marcará un punto de inflexión en la política boliviana. “Lo que no tenemos certeza es quiénes van a ser el primero y el segundo”, concluyó Peñaloza, remarcando la incertidumbre que atraviesa la contienda electoral.
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