Colón recibió un nuevo golpe institucional luego de que la FIFA confirmara su inhibición a raíz del reclamo económico del futbolista paraguayo Alberto Espínola. El defensor, que pasó por la entidad santafesina en 2023, denunció el incumplimiento en los pagos acordados tras su salida y exigió el cobro de una deuda que, según el fallo del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), supera los 375.000 dólares y 12 millones de pesos, además de los intereses correspondientes.
La decisión fue incluida en el último informe semanal que publica la FIFA, donde Colón figura entre los clubes argentinos sancionados. Esto implica que la institución no podrá inscribir futbolistas en el próximo mercado de pases hasta que salde por completo el monto reclamado. La medida rige de inmediato y solo será levantada una vez que se acredite el pago total al jugador.
Desde el entorno del club, reconocen que la situación genera preocupación. La actual comisión directiva, encabezada por Víctor Godano, venía realizando distintas gestiones financieras para evitar llegar a este escenario. Sin embargo, las negociaciones con entidades bancarias y posibles inversores no prosperaron, y el tiempo se agotó. “La prioridad ahora es resolverlo cuanto antes, porque el perjuicio deportivo puede ser grande si no se libera la sanción antes del inicio del torneo”, admitieron desde la sede rojinegra.
El conflicto con Espínola se arrastra desde hace más de un año. Tras su salida, el futbolista presentó un reclamo ante la FIFA por incumplimiento de contrato. El TAS falló a su favor y otorgó un plazo de cumplimiento que Colón no logró cumplir. Una vez vencido ese plazo, el jugador solicitó formalmente la aplicación de la inhibición, que finalmente fue ejecutada esta semana.
Si bien el inicio del campeonato de la Primera Nacional 2026 está previsto recién para dentro de varios meses, la sanción representa un serio obstáculo para la planificación deportiva del Sabalero. En un contexto económico ajustado y con elecciones programadas para el 30 de noviembre, el caso Espínola se vuelve también un tema político.
El reclamo, originado durante la gestión de José Vignatti, reflota las críticas hacia la administración anterior y reaviva las tensiones internas en medio del proceso electoral. El vignattismo, que busca volver al poder con José Alonso como candidato a presidente, deberá responder ante una situación que muchos dentro del club interpretan como consecuencia directa de viejos compromisos impagos.
Mientras tanto, desde los demás espacios opositores aprovechan el contexto para remarcar la necesidad de “una conducción responsable y transparente”. El escenario político se calienta y la inhibición, más allá de su impacto económico, se convierte en un símbolo de la crisis institucional que atraviesa Colón.
En los próximos días, la dirigencia intentará acordar con el entorno de Espínola un plan de pago que permita levantar la sanción antes del cierre del año. Resolver este conflicto no solo sería clave para poder reforzar el plantel de cara a 2026, sino también para enviar un mensaje de estabilidad en un momento en el que el club necesita recuperar credibilidad y confianza ante su gente.
