Atlético Tucumán atraviesa horas turbulentas. La derrota por 2-1 frente a San Lorenzo fue el golpe final para el ciclo de Lucas Pusineri, quien dejó de ser el director técnico del Decano luego de una serie de desencuentros con la dirigencia y el plantel. La decisión fue confirmada por el presidente Mario Leito tras una reunión en la que se resolvió poner punto final a una etapa marcada por la inestabilidad.
Durante su segundo paso por la institución, Pusineri dirigió 28 partidos con un balance de 10 victorias, 4 empates y 14 derrotas. Aunque el equipo mostró pasajes de buen fútbol, los resultados no alcanzaron para sostener el proyecto. La falta de continuidad en el rendimiento y los problemas de convivencia interna terminaron por desgastar la relación entre el técnico y los jugadores.
Según trascendió, uno de los motivos principales de la ruptura fue el reclamo de varios futbolistas por premios atrasados. Esa deuda generó un fuerte malestar en el vestuario y tensó los vínculos con la comisión directiva, en un contexto donde las derrotas comenzaron a acumular presión. Pusineri, que ya había expresado su disconformidad con la situación, decidió no continuar.
El clima institucional tampoco ayuda. El conjunto tucumano se encuentra en una posición comprometida en la tabla anual, con 31 puntos y a solo cinco de la zona de descenso, lo que obliga al equipo a sumar en las tres fechas que restan. El cierre del torneo será decisivo, con partidos ante Independiente, Godoy Cruz y Lanús que definirán su futuro en la categoría.
Ante este panorama, la dirigencia resolvió que Hugo Colace asuma la conducción técnica de manera interina. El exfutbolista tendrá la difícil tarea de reanimar a un plantel golpeado y mantener la categoría, mientras los dirigentes tucumanos evalúan alternativas para el próximo proyecto deportivo.