La causa judicial que investiga al empresario Marcelo Porcel por presuntos abusos sexuales de menores volvió a ampliarse con la presentación de una nueva denuncia, incorporada el 19 de diciembre. Con esta última querella, ya son once las víctimas que se presentaron ante la Justicia, en un expediente que continúa en expansión y que mantiene en vilo a las familias involucradas.
El fiscal Pablo Turano solicitó que Porcel sea llamado a declaración indagatoria por delitos vinculados al abuso y la corrupción de menores. Sin embargo, el juez Carlos Bruniard, a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°50, aún no resolvió ese pedido. En paralelo, las querellas y la Defensora de Menores insistieron en la necesidad de reforzar las medidas cautelares, ante la gravedad de los hechos denunciados y la multiplicidad de víctimas.
Viajes autorizados y pedidos de mayor control
En ese contexto, Porcel recibió autorización judicial para viajar al exterior entre el 17 de diciembre y el 5 de enero, con destino a Punta del Este. La decisión generó inquietud entre los abogados de las víctimas, que reclamaron la retención de documentación y la prohibición de salida del país.
Durante el fin de semana trascendieron versiones sobre un regreso anticipado del imputado a la Argentina, incluso el mismo día en que se presentó la nueva denuncia. Al cierre de esta edición, ese movimiento migratorio aún no figuraba en los registros judiciales, aunque el imputado tiene la obligación de informarlo dentro de las 72 horas.
Desde el inicio de la investigación rige una orden que le prohíbe contactar a las presuntas víctimas, sus familias y testigos, y le impide acercarse al colegio Palermo Chico y al club GEBA, a menos de 300 metros.
Un patrón reiterado y nuevas hipótesis
Los hechos investigados habrían ocurrido entre 2022 y 2024, en distintos inmuebles vinculados a Porcel en Palermo Chico y Retiro. Los testimonios incorporados en la causa describen encuentros en los que el adulto habría ofrecido alcohol y dinero a adolescentes de entre 13 y 15 años, incentivándolos a participar de “desafíos”, apuestas online y reuniones organizadas en secreto.
Parte de esos relatos incluyen tocamientos indebidos durante supuestos masajes, así como la existencia de grupos de chat utilizados para coordinar los encuentros. Las declaraciones en Cámara Gesell y los peritajes psicológicos oficiales señalaron un impacto significativo en el desarrollo emocional de las víctimas y reforzaron la hipótesis de un accionar sistemático y sostenido en el tiempo.
La sombra de Interpol y posibles nuevas denuncias
En las últimas semanas, la investigación incorporó un elemento de mayor alcance: los investigadores no descartan que los hechos no se limiten a episodios aislados, sino que podrían estar vinculados a una red de intercambio de material sexual con menores. De confirmarse la circulación de ese contenido fuera del país, Interpol podría tomar intervención en el caso.
Durante los allanamientos se secuestraron teléfonos celulares y otros dispositivos electrónicos. Según fuentes de la querella, en el análisis de ese material se habrían encontrado imágenes sensibles de menores, además de conversaciones consideradas clave para la acusación.
A este escenario se suma un fuerte rumor que comenzó a circular en el ámbito judicial: existirían integrantes del entorno familiar del empresario que habrían sido víctimas de abuso y que estarían evaluando presentar nuevas denuncias, lo que ampliaría aún más el expediente.
Definiciones pendientes
Porcel negó las acusaciones y sostuvo que peritajes médicos no habrían acreditado abuso. No obstante, la causa continúa abierta, con nuevas medidas de prueba, análisis de dispositivos electrónicos y presentaciones judiciales en curso.
Mientras la resolución sobre el llamado a indagatoria sigue pendiente, las familias de las víctimas insisten en que la Justicia avance con rapidez y priorice el interés superior de niñas, niños y adolescentes, en una investigación que, por su magnitud y complejidad, ya amenaza con trascender las fronteras del país.
