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Visibilizar el deseo y derribar mandatos: “La maternidad es más que dar la teta”

En diálogo con la Nueva Nueve, Florencia de la Sierra -doula y puericultora- habló de la maternidad, los mandatos culturales y la importancia del acompañamiento en el puerperio.

La maternidad y el puerperio suelen representarse de forma idealizada en la televisión y el cine, dejando fuera de plano las emociones y desafíos reales que viven las personas gestantes.

La serie Envidiosa rompe con ese molde y pone en primer plano situaciones cotidianas pero muchas veces silenciadas: la lactancia, el vínculo de pareja, el agotamiento físico y emocional o la culpa que puede aparecer tras el nacimiento del bebé.

A través de la ficción, la producción visibiliza la importancia de las redes de apoyo y del acompañamiento en los primeros meses, mostrando que atravesar el puerperio no es un proceso individual, sino una experiencia que se construye y se sostiene de manera colectiva..

La maternidad más allá de la ficción

Florencia destacó que la maternidad no se limita a la lactancia ni al cuidado directo del bebé. Por el contrario, “implica un trabajo de cuidado enorme y muchas veces invisible”, sostuvo.

Según la especialista, las series y ficciones que abordan la maternidad cumplen un rol fundamental al visibilizar emociones y situaciones reales: el cansancio extremo, las frustraciones, los cambios en la pareja y la sensación de invisibilidad que muchas madres experimentan durante el posparto. “Estas producciones exageran algunos momentos para sumar humor, pero reflejan vivencias que muchas mujeres atraviesan en silencio”, agregó.

Además, remarcó que los primeros meses de vida del bebé suelen ser especialmente desafiantes: las madres pueden sentirse desorientadas, culpables o angustiadas, y no siempre encuentran un espacio para expresar esas emociones. En ese contexto, contar con redes de apoyo y acompañamiento profesional resulta clave para transitar esa etapa de manera más saludable.

Lactancia, deseo y mandatos culturales

Para la puericultora, la lactancia va mucho más allá del acto de alimentar y debe pensarse por fuera de una mirada exclusivamente biologicista. “Dar la teta es un diálogo entre dos personas, atravesado por emociones, historias personales y por el entorno”, señaló.

En esta línea, Florencia advirtió sobre los juicios sociales que enfrentan las madres ya se por dar teta prolongadamente u optar por la fórmula, “muchas veces se culpa a la madre por dificultades que no dependen solo de ella. La lactancia es una responsabilidad compartida entre la madre, el entorno y el equipo de salud”, afirmó.

La especialista destacó que los mandatos culturales y familiares también influyen en la experiencia materna. La presión por cumplir con estándares de “madre perfecta” o expectativas externas puede generar culpa, ansiedad y sensación de fracaso. “Visibilizar el deseo y las decisiones de cada mujer permite que la maternidad se viva de manera más consciente y amable”, concluyó.

Acompañamiento integral en el posparto

Florencia trabaja acompañando a familias desde la gestación hasta el puerperio, brindando apoyo en lactancia, destete y crianza. “Atendemos desde la primera prendida del bebé hasta el destete, pero también abordamos situaciones de angustia, frustración o dudas sobre la crianza”, detalló.

En su labor, se combina trabajo interdisciplinario con psicólogos y trabajadores sociales para garantizar un acompañamiento integral. La especialista subrayó que el rol de la puericultora o doula no se limita a la asistencia física, incluye apoyo emocional e información basada en evidencia, contribuyendo a que la experiencia de maternar sea más respetuosa y consciente.

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