El Tribunal Oral Federal de Santa Fe dictó sentencia para Ceresole, acusado de crear la fachada legal que ocultó el narcotráfico en un predio de Arroyo Leyes.
El abogado Osvaldo Ceresole, de 57 años, fue condenado a seis años de prisión por el Tribunal Oral Federal en lo Criminal de Santa Fe. Ceresole fue hallado responsable de proporcionar la “fachada legal” para un “vivero narco” en Arroyo Leyes, en el departamento La Capital.
El papel de Ceresole en el narcotráfico
Ceresole facilitó el funcionamiento de una plantación de marihuana destinada al narcotráfico mediante una autorización del Instituto Nacional de Semillas (INASE), obtenida bajo la Ley 27.350. Esta licencia le permitió registrar el predio como un “criadero”, ocultando la verdadera finalidad de la actividad.
La investigación descubrió que el terreno albergaba más de 1.600 plantas en Arroyo Leyes y 500 en Santa Fe, que en realidad estaban destinadas a la venta de estupefacientes.
Inconsistencias en su defensa
Ceresole afirmó que su intención era realizar investigaciones sobre semillas, pero las pruebas mostraron que no existía ningún proyecto científico legítimo. Inspectores del INASE confirmaron que las plantaciones estaban en mal estado y que no había ninguna supervisión técnica. Además, los cultivos eran mayormente de plantas femeninas, lo que indicaba que la finalidad era producir flores para tráfico, no semillas.
Elementos vinculados al narcotráfico
En los allanamientos se encontraron armas, chalecos antibalas y sistemas eléctricos clandestinos, elementos que apuntaban a una operación de narcotráfico, no a un proyecto de investigación. También se descubrió un sistema de cámaras de seguridad y riego sofisticado en los predios, características incompatibles con la legalidad.
Juicios abreviados para otros acusados
El resto de los acusados aceptó condenas abreviadas que van de dos a cuatro años de prisión. Entre ellos, Gabriel “Cachi” Nudel, acusado de ser el organizador del narcotráfico, recibió cuatro años de prisión por delitos como tenencia de plantas para producir estupefacientes y tenencia ilegal de armas.
Este caso revela cómo las “fachadas legales” pueden ser utilizadas para ocultar actividades ilegales a gran escala, aprovechando vacíos legales y falta de control.
