YPF puso en marcha un nuevo modelo de actualización de tarifas conocido como «microprecios», que permite modificar el costo de los combustibles de forma dinámica, incluso más de una vez en una misma jornada. Esta estrategia responde a parámetros como la demanda puntual, la actividad vehicular y los valores que maneja la competencia en cada área.
La operativa se gestiona desde el Real Time Intelligence Center (RTIC), una plataforma digital que monitorea el comportamiento del mercado en tiempo real y determina los ajustes necesarios en más de 1.600 estaciones de servicio distribuidas en todo el país.
Durante agosto, el precio del combustible mostró cuatro incrementos que, en total, acumulan una suba del 3%. Sin embargo, ese número no refleja la verdadera dinámica del sistema, que genera oscilaciones impredecibles durante el día, tanto al alza como a la baja.
En Santa Fe, como en otras regiones, estas fluctuaciones generan incertidumbre entre los conductores, ya que no hay un valor fijo asegurado al momento de cargar. La finalidad del microprecio es maximizar la competitividad y adaptar la estrategia comercial a los patrones de consumo locales, ganando así participación en el mercado y optimizando la rentabilidad.
