El G77+China abrirá el viernes en La Habana una cumbre de dos días que se centrará en la cooperación en el Sur Global y las críticas hacia los países desarrollados en temas como la lucha contra el cambio climático, la recuperación económica tras la pandemia, la arquitectura financiera global y el desarrollo humano.
El foro está integrado por 134 Estados miembro (mantiene su nombre por cuestiones históricas), que en su conjunto representan el 80% de la población mundial y que es considerado por su peso específico como la mayor organización intergubernamental dentro de la ONU.
Fundado en 1964 originalmente por 77 Estados, entre ellos Argentina, llegó a su número actual de socios en 2015 con el ingreso de Sudán del Sur, el Estado soberano más joven del planeta, mientras que China apoya política y económicamente al grupo, pero asegura que su colaboración es de forma externa.
El 12 de enero pasado Cuba asumió por primera vez la presidencia pro tempore de manos de Pakistán y a lo largo de este año organizó citas interministeriales antes de la próxima cumbre en La Habana, que se hará bajo el lema "Los retos actuales del desarrollo: papel de la ciencia, la tecnología y la innovación".
"La cumbre tendrá como resultado la adopción de una declaración final, que ya ha sido aprobada ad referéndum en reunión a nivel de embajadores en Nueva York, luego de un proceso de negociación inclusivo y participativo", señaló este miércoles el canciller cubano, Bruno Rodríguez, en una conferencia de prensa en La Habana en la que dio algunos lineamientos de lo que será el encuentro, y señaló que el documento "recoge temas de la mayor importancia para las naciones en desarrollo".
Fuentes que participaron de la negociación de ese texto anticiparon a Télam que algunos de los ejes serán los problemas de los países en vías de desarrollo para recuperarse tras la pandemia de Covid-19, con críticas a las presiones para el pago de deudas externas y la falta de financiamiento para el desarrollo.
Además, se hará especial hincapié en que debe primar la colaboración y la solidaridad por parte de los países más industrializados para combatir el cambio climático, al ser los que más gases de efectos invernadero producen.
En ese sentido, también se instará a una mayor colaboración Sur-Sur en ciencia y tecnología, con el objetivo de no repetir la mala experiencia que dejó el acceso desigual a vacunas anticovid, pero también como un hecho necesario para crear un paradigma energético diferente que permita cumplir con los compromisos climáticos.
Los presidentes de Argentina, Alberto Fernández, de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Colombia, Gustavo Petro, son algunos de los líderes que está previsto que participen en la cita, como también delegaciones de otros países que forman parte de esta organización que une a África, Medio Oriente (excepto Israel), el sur de Asia y América Latina, con excepción de México, que igual fue invitado y estará representado por la canciller Alicia Bárcena.
"El G77 puede servir como un foro para plantear una mirada propia de los países en desarrollo respecto de algunas problemáticas del sistema internacional que no son atendidas o abordadas desde los países desarrollados, por lo que puede aportar nuevas miradas", destacó a la agencia Telam Alejandro Frenkel, politólogo especialista en relaciones internacionales e investigador del Conicet.
En un marco de la heterogeneidad del foro, que reúne por ejemplo a monarquías ricas del golfo Pérsico con países de bajísimo PBI per cápita del África subsahariana, el profesor en la Universidad Nacional de San Martín rescató también "la idea de poder plantear posturas, aún en la diversidad". "Si bien se supone que los une el hecho de ser países del Sur Global o en desarrollo, confluyen países democráticos y no democráticos, países con diferentes modelos económicos, países con diferentes alianzas con las potencias europeas y con Estados Unidos y China", precisó.
En ese sentido, indicó que hay un terreno común en la lucha contra el calentamiento global, ya que los miembros del grupo, excepto China, "son los más perjudicados por el cambio climático, pero al mismo tiempo son los menos contaminantes", sobre transición energética "para que no sea un proceso liderado exclusivamente por las potencias del Norte" y en "el uso de diversas monedas" para el comercio internacional, ya sin la prevalencia del dólar.