El Ejecutivo nacional ratificó su postura de no aceptar aumentos para las jubilaciones que no estén respaldados por fondos genuinos. 

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, aseguró que el sistema previsional enfrenta grandes dificultades financieras, con apenas un trabajador activo por cada jubilado, lo que dificulta sostener incrementos en los haberes sin comprometer la estabilidad fiscal.

En contraposición, la oposición parlamentaria convocó a una sesión extraordinaria en la Cámara de Diputados para tratar proyectos que buscan un aumento del 7,2% en las jubilaciones, junto con un bono extraordinario destinado a compensar la pérdida del poder adquisitivo causada por la inflación. Esta propuesta cuenta con el respaldo de varios bloques, que argumentan que los jubilados vienen perdiendo capacidad de compra y requieren una mejora urgente en sus ingresos para cubrir necesidades básicas.

Sin embargo, la gestión libertaria advirtió que en caso de ser aprobadas estas iniciativas, el presidente Javier Milei no dudará en aplicar el veto presidencial, bajo el argumento de que cualquier aumento no financiado impactaría negativamente en las cuentas públicas y podría generar mayores desequilibrios económicos a corto y mediano plazo.

La postura del oficialismo generó una fuerte tensión entre el Ejecutivo y el Legislativo, ya que la oposición insiste en la necesidad urgente de mejorar los ingresos de los jubilados, mientras que el Gobierno sostiene que la prioridad es mantener el equilibrio fiscal para asegurar la estabilidad económica del país.