El empresario frutillero santafesino Franco Augusto Poccia (25) fue beneficiado con la prisión domiciliaria, mientras avanza la causa judicial en su contra por los delitos de trata de personas por explotación laboral en un campo de Arroyo Leyes.
La causa comenzó el 17 de septiembre, cuando tres jóvenes de Chaco denunciaron a Poccia por las precarias condiciones laborales y porque les había incumplido en el pago para la recolección de frutilla en el campo ubicado en el kilómetro 18 de la ruta 1, en jurisdicción de Arroyo Leyes.
Tras radicar la denuncia, intervino la Justicia Federal y junto a la PDI, UATRE, RENATRE y la Coordinación de Rescate Nacional, realizaron a principio de octubre un importante operativo y se rescató a más de 40 personas en situación de explotación laboral.
En una primera instancia, Poccia fue imputado por los delitos de trata de personas por explotación laboral, agravada por el abuso de situación de vulnerabilidad, por tratarse de 45 víctimas y por haber 2 menores de edad entre los explotados, y se ordenó su prisión preventiva en una unidad carcelaria.

Sin embargo, y tras la impugnación presentada por la defensa de Poccia, a cargo del Dr. Claudio Torres del Sel, esta semana se conoció el fallo de la Cámara Federal de Rosario que benefició al empresario frutillero con la prisión domiciliaria por el plazo de 45 días.
“Él ya está en su casa. El fallo fue por mayoría, con un voto en disidencia. Los camaritas dejan en claro que las pruebas que tiene la fiscalía son escasas y que no acreditan el hecho. Pero como a la fiscalía aún le restan pruebas por llevar adelante (relacionadas con peritajes en los teléfonos y entrevista por cámara Gesell), una vez que se realicen en la totalidad esas pruebas, se va a decidir si esta causa avanza o finaliza con un sobreseimiento” explicó Torres Del Sel, quien agregó que la prisión domiciliaria es sin la utilización de tobillera electrónica.

Para el abogado defender de Poccia, la causa “es realmente un absurdo absoluto” y aseguró que “no hay trata de personas bajo ningún punto de vista”. Para justificar su postura, Torres del Sel reveló que en la entrevista realizada a 25 trabajadores del campo de frutilla, manifestaron que estaban “por propia voluntad”, que recibían un salario “digno” y que ellos podían entrar y salir cuando querían.
Consultado si las condiciones en las que vivían estos trabajadores eran dignas, el abogado reconoció que eran “precarias”, pero las justificó al sostener que “estamos viviendo en la Argentina”. “Los puedo llevar a villas y a barrios donde viven en peores condiciones de la que viven en ese lugar” aseveró Torres del Sel para defender la forma en la que dormían los trabajadores sobre camas hechas con cajones de frutilla.
Por último, el abogado de Franco Poccia declaró que estas personas que eran explotadas laboralmente podía “alquilarse un lugar por su cuenta e ir a vivir en un lugar mejor”, pero que no lo hicieron porque “realmente quieren estar ahí”.
Declaraciones del abogado de Poccia, Claudio Torres del Sel






















