Agronomía

Biológicos en el agro: Argentina vs. Brasil, dos caminos que se aceleran

¿Cómo se para Argentina frente a Brasil, el gigante vecino que empuja fuerte el mercado? Veamos similitudes, diferencias.

Los biológicos dejaron de ser “promesas verdes” para convertirse en insumos de uso cotidiano

Queridos lectores de LT9, los biológicos dejaron de ser “promesas verdes” para convertirse en insumos de uso cotidiano. Inoculantes, bioestimulantes, extractos vegetales, químicos y microbianos para control de plagas y, ya están integrados al manejo.

Pero ¿cómo se para Argentina frente a Brasil, el gigante vecino que empuja fuerte este mercado? Veamos similitudes, diferencias y, sobre todo, lecciones prácticas para nuestros lotes del centro-norte santafesino.

El pulso del mercado

Brasil es hoy, uno de los motores globales de bioinsumos. En la campaña 2023/24, las ventas minoristas de bioinsumos rondaron los 5.000 millones de reales (unos 900 millones de dólares), con un crecimiento promedio del 21% anual en los últimos tres años—cuatro veces la media mundial. El uso se concentra en soja, maíz y caña, y Mato Grosso explica cerca del 33% del mercado brasileño. (Reuters)

En Argentina, el mercado de bioinsumos superó los 124 millones de dólares en 2024 y se aplicaron en 18,66 millones de hectáreas, cerca del 50% del área sembrada del país, lo que confirma que la adopción ya es masiva, especialmente en inoculación de leguminosas y prácticas de manejo integrado. (biologicalslatam.com)

La brecha, entonces, no es tanto de “si se usan” sino de escala y diversidad: Brasil empuja volúmenes y portafolios amplios en control biológico y bioestimulantes para caña, soja y maíz; Argentina lidera de largo en inoculación (histórico fuerte nuestro) y acelera en bioestimulantes y extractos, con adopción transversal en la región pampeana.

Veamos qué permite (y exige) la regulación

Un punto clave del despegue brasileño ha sido ordenar la ventanilla regulatoria para microbianos. La Portaria Conjunta SDA/MAPA – IBAMA – ANVISA Nº 1/2023 estableció un procedimiento específico para registrar productos microbiológicos (control de plagas, desecantes, estimuladores/inhibidores de crecimiento), precisando definiciones, ensayos y documentación ante las tres agencias. Esta norma actualiza y reemplaza marcos previos (IN conjunta 03/2006, entre otros) y clarifica el tratamiento de OGMs bajo CTNBio. (abrasem.com.br)

Argentina, por su parte, dio un salto cualitativo con la Resolución SENASA 1004/2023, que aprueba el procedimiento de registro de bioinsumos en los Registros de Terapéutica Vegetal y de Fertilizantes/Enmiendas.

La norma define y clasifica categorías (protección vegetal, químicos, microbianos, extractos; nutrición/estimulación; enmiendas; sustratos; protectores, etc.) y detalla requisitos para experimentación, importación de muestras y usos en emergencias fitosanitarias. Es, en la práctica, la “hoja de ruta” para registrar biológicos en el país. ( Boletín Oficial)

Además, SENASA viene empujando una agenda pro-bioinsumos (consultas públicas y lineamientos del Programa de Bioinsumos Agropecuarios Argentinos), buscando acelerar la aprobación y la adopción segura.

Adopción en campo: dónde se usan y por qué

Brasil à además de la soja, el gran diferencial es la caña de azúcar, donde los bioestimulantes y microbianos para vigor radicular y sanidad han encontrado “su casa”.

Kynetec reportó que en 2023 usaron biológicos aprox. 50% de la caña, 40% del maíz safrinha y 33% de la soja—indicando una adopción que ya no es de nicho . A esto se suma un catálogo creciente: se estiman centenares de biopesticidas registrados, con insecticidas como la categoría más numerosa. (Global Agriculture)

Argentina à el piso tecnológico es la inoculación de soja (y leguminosas), práctica madurada por décadas, a la que se suman bioestimulantes, extractos y químicos para monitoreo y manejo de plagas. El dato de 18,66 millones de hectáreas con bioinsumos en 2024 muestra que el productor local adoptó la lógica de “sumar capas” en MIP, cuidando rendimiento y calidad. (biologicalslatam.com)

Velocidad de registro y previsibilidad

Ambos países han simplificado aspectos normativos, pero Brasil—al cerrar filas entre MAPA, ANVISA e IBAMA con una portaria específica para microbianos—tendió un carril más directo para esa categoría, clave en caña y soja .

Argentina, con la Resolución 1004/2023, ordenó el tablero para todas las familias de bioinsumos (protección y nutrición/estimulación), con definiciones detalladas y procedimientos para importar muestras, ensayar y registrar—un paso grande hacia la previsibilidad regulatoria que históricamente pedía la industria .

¿Quién empuja la demanda?

En Brasil, la escala productiva y los costos de los paquetes químicos aceleraron la búsqueda de mezclas y rotaciones con biológicos. También hay un factor de logística: biológicos que permiten sostener control en escenarios de presión alta y ventanas cortas. El crecimiento de ventas (21% anual) sugiere que ya es una decisión económica, no solo ambiental. (Reuters)

En Argentina, la resiliencia tras años de clima difícil y márgenes ajustados llevó a mirar con cariño productos que mejoran eficiencia de uso de nutrientes, mitigan estrés y ayudan a cuidar suelos. El envión institucional (SENASA + Programa de Bioinsumos) también aporta señal al mercado.

Cinco diferencias (y coincidencias) que importan
  1. Escala y mix
    Brasil juega en otra escala y con un mix más cargado en control biológico microbiano y bioestimulantes para caña/soja/maíz; Argentina mantiene su bastión en inoculación y suma capas en bioestimulantes/semioquímicos. (AgTechNavigator.com+1)
  2. Marco regulatorio específico
    Ambos actualizaron reglas, pero la Portaria 1/2023 de Brasil creó un carril microbianos-céntrico; la Res. 1004/2023 de Argentina ordena todas las categorías, útil para pymes locales y para importar tecnologías. (abrasem.com.br+1)
  3. Velocidad de pipeline
    Brasil viene registrando muchos biopesticidas (centenas), lo que se traduce en más opciones para el técnico. Argentina está acelerando, pero partiendo de una base más acotada en protección biológica no inoculante. (Global Agriculture)
  4. Cultivos tractor
    Brasil: caña + soja + maíz safrinha; Argentina: soja + trigo/maíz con foco en inoculación, bioestimulación y semioquímicos, y espacio para crecer en frutilla/pecán/hortalizas del cinturón santafesino. (AgTechNavigator.com+1)
  5. Señales de mercado
    El ritmo de crecimiento brasileño y el dato argentino de 50% del área con bioinsumos muestran que la discusión ya no es “si”, sino “cómo, cuándo y con qué protocolo”.(Reuters)
¿Qué mirar en Santa Fe y regiones vecinas?
  • Protocolos claros por ambiente: elegir biológicos con respaldo (etiqueta y ensayos), respetar calidad de formulación, compatibilidades (pH, sales, fungicidas/insecticidas), momento de aplicación y condiciones (T°, radiación, humedad de hoja/suelo). La normativa de SENASA exige esto al registrar; llevémoslo al lote con disciplina.
  • MIP con químicos: feromonas para monitoreo y confusión sexual donde aplique. Menos “reseteos químicos”, más prevención inteligente. La 1004/2023 reconoce esta familia como herramienta de protección vegetal.
  • Bioestimulación y estrés: en campañas con olas de calor y golpes de radiación, los bioestimulantes (microbianos y no microbianos) ayudan a estabilizar tasa de crecimiento, fijación y llenado. La etiqueta manda, pero el timing es casi todo.
  • Rotación y suelos: sumar enmiendas biológicas y prácticas que cuiden microbioma (coberturas, SD bien hecha, rotaciones reales) potencia la respuesta de los bioinsumos. La norma local contempla la categoría “enmiendas biológicas”; aprovechemos ese paraguas regulatorio.
  • Seguimiento económico: armá tus registros de costo/hectárea y curvas de respuesta (con y sin biológico). En Brasil, el empuje es económico además de agronómico; midamos igual acá.
¿Hacia dónde va esto?

Todo indica que Brasil seguirá como vitrina de escala y portafolios diversos, con un pipeline muy activo de microbianos y bioestimulantes para commodities. Argentina, con reglas más claras desde 2023, tiene la oportunidad de acortar tiempos entre desarrollo, registro y llegada al lote, y de federalizar el uso más allá de la soja, llevando biológicos con respaldo a frutillas, pecán, horticultura y cultivos regionales.

La conclusión práctica: no es biológicos vs. químicos; es químicos mejor usados + biológicos bien elegidos dentro de un MIP/MIPE moderno, con foco en eficacia, costo y sustentabilidad. En un clima que nos exige resiliencia, esta combinación es, probablemente, la herramienta más potente que tenemos a mano.

 Hasta el próximo sábado!!

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