Después de 12 partidos sin victorias -con siete empates y cinco derrotas-, Boca Juniors logró cortar la mala racha y consiguió su primera alegría en el torneo. El equipo de Miguel Ángel Russo venció 3-0 a Independiente Rivadavia en Mendoza y volvió a festejar después de cuatro meses, desde aquel 2-0 frente a Estudiantes el 19 de abril.
El desahogo llegó con un gol en contra de Centurión, luego de un centro de Leandro Paredes, y se completó con las conquistas de Exequiel Zeballos y Mauricio Velasco. El marcador terminó siendo más abultado de lo que se había visto en la cancha: Boca tuvo un gran primer tiempo, con buena circulación de balón en torno a Paredes y Battaglia, pero en el complemento se retrasó demasiado y recién en los últimos minutos pudo liquidar el partido de contraataque.
La apertura llegó a los 30 minutos: tras una falla de Pellegrino, Paredes envió un centro bajo que se desvió primero en Bottari y luego en Centurión, descolocando al arquero. Aunque el gol fue en contra, el volante xeneize fue uno de los más destacados, siempre preciso en sus pases y con gran personalidad.
Antes de esa acción, Boca había tenido la más clara en los pies de Cavani. A los 21 minutos, Paredes metió un pase filtrado para Aguirre, que asistió al uruguayo, solo frente al arco. Sin embargo, el delantero falló de manera increíble y la pelota pasó entre sus piernas.
Independiente Rivadavia también estuvo cerca del empate: en su avance más peligroso, Marchesín no pudo controlar un centro y el remate de Sartori tenía destino de gol, hasta que Pellegrino apareció sobre la línea para salvar al equipo.
En el segundo tiempo, Boca se retrasó demasiado y cedió la iniciativa. El local empujó con más ganas que ideas, pero no logró generar situaciones claras. Ya en el cierre, cuando aparecieron los espacios, el Xeneize lo definió: Zeballos amplió la ventaja con un golazo y Velasco puso el 3-0 con un remate que se le escurrió a Centurión entre las manos.
El triunfo era imprescindible y, más allá de los matices del juego, puede marcar un punto de inflexión para Boca después de una de las peores rachas de su historia.
