En un contexto económico desafiante y cambiante, la ganadería argentina vuelve a posicionarse como una de las actividades más estables, resilientes y rentables del sector agropecuario. Lejos de ser un negocio del pasado, hoy la ganadería ofrece ventajas claras frente a otras producciones.
A diferencia de la agricultura, la ganadería depende en gran medida de recursos propios del campo: pasto, manejo, genética y trabajo. Esto reduce fuertemente la exposición a insumos dolarizados como fertilizantes, semillas híbridas o fitosanitarios.
En sistemas bien manejados, mejoran los márgenes incluso en escenarios de precios moderados, sin embargo en fundamental sacar bien los costos, sin dejar de lado ningún factor interviniente como puede ser el costo de la tierra
El valor del kilo vivo y del kilo de carne se encuentra en niveles atractivos, impulsado por, una oferta ajustada de hacienda, mayor demanda interna y externa y recuperación del ciclo ganadero tras años de liquidación. Esto genera relaciones insumo/producto favorables, algo clave para la rentabilidad.
La hacienda funciona como un activo biológico, un verdadero “ahorro en patas”.
En contextos inflacionarios, el productor no solo conserva valor, sino que lo incrementa a través del crecimiento del animal, algo que pocas actividades logran.
La ganadería permite aprovechar ambientes marginales, integrar rastrojos y cultivos de servicio, mejorar la salud del suelo y cerrar ciclos de nutrientes. Los sistemas mixtos suelen mostrar menor riesgo y mayor estabilidad económica en el mediano y largo plazo.
Hoy la ganadería es, más precisa (manejo por indicadores), más eficiente (mejor genética, sanidad y nutrición), más sustentable (menor huella ambiental por kilo producido). Esto se traduce en más kilos de carne por hectárea y mejores resultados económicos.
La carne vacuna sigue siendo un alimento estratégico a nivel mundial.
Argentina, por su sistema pastoril, tiene una ventaja competitiva clara en mercados que valoran: producción natural, bienestar animal, calidad y trazabilidad.
Por todo esto, este sábado el Ing. Henri nos aclara cómo debemos calcular los márgenes de la ganadería, para poder obtener correctamente los números reales de esta actividad. Me acompañan a leerlo:
El margen bruto ganadero es una herramienta simple y fundamental para analizar la rentabilidad de una actividad ganadera. Se calcula como la diferencia entre los ingresos generados por la producción (killos producidos) y los costos directos necesarios para obtenerlos, como alimentación, sanidad, reposición y manejo.
En ganadería, el ingreso neto se calcula considerando no solo las ventas, sino también los movimientos de hacienda a lo largo del ciclo productivo. En términos simples, surge de la siguiente relación:
Ingreso neto = Ventas y Cesiones de hacienda – Compras o Cesiones de hacienda ± Diferencia de inventarios.
La diferencia de inventarios refleja la variación en la cantidad y el valor de los animales entre el inicio y el cierre del período analizado. Un aumento del stock se suma al ingreso, mientras que una disminución se resta. Este ajuste es clave para que el resultado económico represente fielmente lo ocurrido en el sistema productivo, aun cuando no toda la producción haya sido vendida.
Siempre tenemos que considerar los precios Netos, en las ventas el precio descontado los gastos comerciales, y en las compras, el precio de compra mas los gastos de comercialización. En el caso de los stock o existencias, tomamos también los precios netos.
¿Que es el Resultado por Tenencia?
El Resultado por Tenencia (R/T) representa la ganancia o pérdida por el cambio en el valor de la hacienda debido a cambios en el mercado, reconociendo variaciones de precio y volumen, y separándose de la mera producción para reflejar la realidad económica.
Egresos imputables a la actividad ganadera
Los egresos de la actividad ganadera comprenden todos aquellos costos necesarios para producir kilos de carne o animales terminados durante un período determinado.
Mano de obra directa
Corresponde al personal afectado específicamente a la actividad ganadera, ya sea propio o contratado, imputado según el grado de participación en el sistema.
Alimentación
Es el principal componente del costo ganadero en la mayoría de los sistemas. Incluye: pasturas y verdeos (implantación, mantenimiento), forrajes conservados (heno, silaje), granos, suplementos y concentrados, comprados o producidos en el establecimiento, valorizados a precio de mercado o costo de oportunidad. En el caso de un cultivo destinado a silaje o heno, se imputa según el costo de implantación más confección. En el caso de un cultivo que se cosecha, (ej Maíz Grano) y tiene un valor de mercado, se considera al valor neto de realización, es decir el Valor Neto que obtuviéramos si ese grano lo destinaríamos a venta.
Sanidad
Incluye vacunas, antiparasitarios, medicamentos, honorarios veterinarios y cualquier otro gasto directamente vinculado al cuidado sanitario del rodeo.
Servicios y gastos operativos
Comprende fletes de hacienda, comisiones, servicios de encierre, pastoreo contratado, inseminación, tactos, destetes y otros servicios productivos.
Mantenimiento e insumos generales
Incluye reparaciones y mantenimiento de instalaciones ganaderas (alambrados, corrales, mangas, aguadas), combustibles y otros insumos directamente asociados al manejo del rodeo.
Además de estos egresos deberíamos considerar otros dos rubros:
Gastos de administración y gerenciamiento.
Dentro de este rubro se consideran los costos necesarios para el funcionamiento operativo y la toma de decisiones dentro de la empresa. Entre ellos se encuentran:Gastos administrativos y de estructura
