A poco de finalizar el 2025, la industria argentina muestra un panorama dispar. Así lo planteó en diálogo con la Nueva Nueve el presidente de la Federación Industrial de Santa Fe (FISFE), Javier Martín.
El referente aseguró que “es difícil hablar de promedios” porque algunos rubros “están funcionando bien -fundamentalmente gas, petróleo, energías y algo de agroindustria-, mientras que toda una amplia gama de actividades vinculadas al consumo interno cierran el año con niveles de actividad por debajo del 2024”.
Martín señaló que el consumo “no repunta y está entre un 8 y un 10% por debajo del año pasado”.
En ese contexto, consideró que las perspectivas a corto plazo son similares, “el sector de las energías renovables y los biocombustibles tiene buenas probabilidades de mejorar sus niveles para el año que viene, pero el mercado interno va a depender muchísimo de la evolución de los salarios, que es lo que da poder de compra y nivel de empleo”.
Para el dirigente, además de la estabilidad macroeconómica, “hay que diseñar medidas que tengan impacto en la economía real, porque venimos de tasas de interés demasiado elevadas, incompatibles con proyectos productivos”.
Reclamos y reformas pendientes
Martín se refirió también a los temas que la Unión Industrial Argentina (UIA) llevará a la reunión con el presidente Javier Milei en las próximas horas, “el reclamo es igualar la cancha. Tenemos cuatro grandes áreas que impactan muy fuerte en la competitividad argentina: infraestructura, financiamiento, régimen laboral y sistema tributario”.
En esa línea, pidió una modernización laboral “que no implique quitar derechos, sino generar sistemas que permitan una mayor flexibilidad y faciliten la formalización del empleo”. Además, advirtió sobre la “enorme litigiosidad laboral2 que afecta especialmente a las PYMES y que “en algunos casos hasta compromete la continuidad de las empresas”.
Sobre el sistema tributario, reclamó una “simplificación” para reducir la carga y la burocracia: “Hay impuestos que generan trámites pero no recaudación, y otros que son distorsivos, como Ingresos Brutos, porque se suman en cada eslabón de la cadena productiva. Lo peor que podemos hacer es exportar impuestos”.
Costos logísticos y tipo de cambio
Martín también apuntó contra los altos costos logísticos de exportación, “sacar un producto de Tucumán hasta los puertos del sur santafesino cuesta lo mismo que desde Rosario hasta China. Son los costos argentinos que tenemos que reducir porque nos sacan de competencia”, graficó.
Mientras que en referencia al tipo de cambio, sostuvo que “no es normal ni deseable que Argentina gaste 8.000 millones en turismo al exterior” y que “hoy cualquier cosa que uno fabrique en el país cuesta más caro que afuera”.
Según dijo, el valor de la moneda “está sobrevaluado” y eso “beneficia más a la importación que a la producción local”.
Finalmente, el titular de FISFE sostuvo que “si el plan económico sigue como hasta ahora, hay pocas posibilidades de cambio”.
Sin embargo, destacó que “el control de la inflación y la estabilidad macroeconómica son positivos” y pidió que la nueva etapa del programa “impulse la producción argentina para generar trabajo con valor agregado”, concluyó.
