Investigadores locales revelan los resultados de un estudio interdisciplinario que fue publicado este 20 de junio por la revista científica Water Environment Research, y se titula “Impacto ecotoxicológico de la agroindustria en los arroyos de una cuenca sudamericana: renacuajos anfibios como indicadores de salud ambiental”.
Esta investigación que advierte sobre una alarmante contaminación en cursos de agua que desembocan en el río Paraná, afectando tanto a la provincia de Santa Fe como a la de Entre Ríos, se realizó por un equipo de especialistas de diversas disciplinas pertenecientes al Conicet, la Universidad Nacional del Litoral, el INTA y el Instituto Nacional de Limnología.
El informe confirma la presencia de agroquímicos, efluentes cloacales e industriales en niveles críticos en los arroyos Las Conchas, Las Tunas, Espinillo y Crespo.
El caso más grave es el del arroyo Las Conchas, en cuya cuenca se halló la concentración de glifosato en sedimentos más alta registrada hasta ahora en Sudamérica: 5002 microgramos por kilo.
Según el biólogo e investigador del Conicet, Rafael Lajmanovich, “se trata de un récord regional de contaminación, con impactos letales en la biodiversidad”. En tanto, los arroyos Las Tunas y Crespo presentan un cuadro aún más preocupante: bioensayos realizados con renacuajos demostraron una tasa de mortalidad del 100% en apenas 24 horas, además de aguas con coloración negra, olor pútrido y niveles de escherichia coli miles de veces por encima de los valores permitidos.
Lajmanovich expuso en Rosario una serie de imágenes que muestran: animales con malformaciones, cursos de agua convertidos en vertederos, y grandes cañerías descargando residuos directamente en los arroyos.
Estos cursos de agua contaminados que pertenecen a la cuenca Las Conchas desembocan en el río Paraná, muy cerca de la toma de agua de esta ciudad, y con la corriente, los contaminante químico atraviesan toda esta región, y continúan luego su curso por el Paraná hacia la desembocadura en el Río de la Plata, rumbo al océano atlántico.
La investigación también advierte sobre la responsabilidad de los modelos de producción agrícola intensiva en la degradación ambiental de la región. Argentina es el tercer país con mayor superficie cultivada con transgénicos y el uso masivo de glifosato convirtió a la región pampeana en un “punto crítico global” por su carga contaminante. A eso se suman los efectos sinérgicos de los micro plásticos y otros contaminantes emergentes.
