Investigadores e investigadoras del CONICET llevaron adelante la expedición Underwater Oases of Mar Del Plata Canyon: Talud Continental IV, en colaboración con la fundación Schmidt Ocean Institute. La campaña exploró el cañón submarino Mar del Plata, una región de alta biodiversidad y poco explorada del Atlántico sur. La misión marcó un salto tecnológico y científico sin precedentes: por primera vez en aguas argentinas del Atlántico Sudoccidental se utilizó el vehículo operado remotamente (ROV) SuBastian, capaz de capturar imágenes en ultra alta definición y recolectar muestras sin alterar el entorno.
La travesía se realizó a bordo del buque de investigación Falkor, equipado con tecnología oceanográfica de última generación, y se transmitió en vivo por el canal de YouTube del Schmidt Ocean Institute, mostrando imágenes desde profundidades de hasta 3.900 metros.
En exclusivo por La Nueva Nueve, Ezequiel Mabragaña, Dr. en Ciencias Biológicas y uno de los investigadores que formó parte de la expedición, compartió detalles de la misión, los hallazgos más sorprendentes y la experiencia de observar en vivo los ecosistemas profundos del Mar Argentino.

Explorando ecosistemas poco conocidos
El Cañon Mar del Plata, frente a la provincia de Buenos Aires, se encuentra en la frontera biogeográfica entre las corrientes cálidas de Brasil y frías de Malvinas, un punto clave para el Atlántico sur. Durante la expedición, el equipo científico, conformado por especialistas en distintos grupos de animales, analizó la biodiversidad de la zona a profundidades de 200 a 4.000 metros, incluyendo corales blandos, corales de agua fría, peces e invertebrados.
Según Mabragaña, durante la campaña se encontraron con especies nuevas y registros inéditos que les permitieron recolectar información sobre ecosistemas poco estudiados. El investigador detalló que, aunque ya se conocía parte de la biodiversidad, observar en vivo y en directo los organismos permitió identificar alrededor de 10 a 160 ítems distintos, y potencialmente unas 40 especies desconocidas a nivel mundial.
El equipo empleó el ROV SuBastian para realizar las inmersiones, Mabragaña sostuvo que “fue como una locura, desde el punto de vista de la observación, desde lo científico. Esa primera inmersión fue muy fuerte para nosotros”.
Conicet y ciencia en riesgo: la necesidad de sostener la investigación argentina
El proyecto resalta la importancia del Conicet y de mantener la inversión en investigación científica. Mabragaña señaló que el conocimiento es fundamental para la conservación de los recursos marinos y destacó la relevancia de la divulgación científica, “es importante que toda la sociedad conozca, más allá de lo técnico, qué provee la ciencia. Vimos un interés muy grande en conocer a todo nivel”.
Entre los momentos más memorables de la expedición, Mabragaña recordó la primera vez que observó en vivo la especie de raya marina que habían descrito años atrás, así como el hallazgo de la llamada “estrella culona”, que rápidamente se convirtió en un símbolo popular del proyecto.
“Cada vez que veíamos algo, nos emocionábamos, y transmitir esa emoción a la gente fue algo muy fuerte”, afirmó.
La experiencia también permitió generar material divulgativo que se compartirá con universidades, colegios y museos, contribuyendo al conocimiento científico y al interés público por los ecosistemas profundos de Argentina.
“Fue un mimo también para todos los que nos dedicamos a la educación y a la ciencia”, concluyó Mabragaña.
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