Los rumores sobre una posible paralización total de la producción en la planta de Acindar en Villa Constitución durante noviembre generan preocupación en el sector siderúrgico. La compañía evalúa la medida tras meses de baja producción, con una caída a 600.000 toneladas en 2024, la mitad de lo registrado en 2023. La decisión se enmarca en un contexto de baja demanda interna y aumento de importaciones, mientras la planta mantiene turnos reducidos y acuerdos de suspensiones con la UOM.
Para profundizar sobre esta problemática, dialogamos con Matías Ruffini, integrante de la Comisión Interna de la UOM en Villa Constitución, quien alertó sobre esta baja histórica en la producción de Acindar “que ya está rondando niveles muy peligrosos”, sumado a los riesgos de despidos que afecta a cerca de 2.500 trabajadores entre personal propio, contratistas y mandos medios.
Ruffini señaló que la crisis se debe principalmente a un modelo económico que no impulsa la venta de productos y a la apertura de importaciones. “El riesgo es real para la industria nacional, y especialmente para la producción de acero en Santa Fe, que lleva más de 70 años”, aseguró.
El gremialista explicó que las herramientas legales actuales, como los acuerdos de suspensiones, permiten mitigar despidos temporales, aunque con una reducción salarial del 5% durante los días de suspensión. Además, reclamó un mayor acompañamiento del gobierno provincial para reactivar la obra pública y la economía industrial.
Mientras que, consultado sobre las acciones de lucha que evalúan llevar adelante, el referente sostuvo que en este escenario tan complejo “las medidas gremiales a adoptar son las de dar una fuerte discusión incluso política y de modelo económico con los compañeros”.
La insustria santafesina en crisis
Ruffini afirmó que estos conflictos no son propios, sino que se multiplican en todo el cordón industrial de la provincia, salvo excepciones que pueden venir con lo propio del modelo, “todo lo tiene que ver con lo puramente industrial y de transformación de materia prima con valor agregado, está siendo completamente atacado y esto dificulta una acción colectiva, porque todos están muy preocupados por defender sus puestos de trabajo”, detalló.
Finalmente, a modo de realizar una comparativa de este proceso de desindustrialización que atraviesa Argentina, el referente gremial advirtió que “ni en los 90 el impacto fue este”.
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