Un testigo directo de lo imposible
Ramón, vecino de Victoria, Entre Ríos, relató una experiencia que lo marcó para siempre. A principios de los años 2000, durante una madrugada de guardia junto a compañeros de tránsito, fue testigo de lo que describe como un avistamiento OVNI sin precedentes: una nave circular de más de 40 metros de diámetro descendió sin tocar el suelo, proyectando luces verdes, rojas y blancas, mientras seres luminosos, montados en lo que él llamó “motos voladoras”, salían de su interior y flotaban sobre el terreno.
El evento ocurrió en cercanías del hipódromo local, y, según su testimonio, fue presenciado por otras personas, incluyendo técnicos “de la NASA” y miembros del equipo de la reconocida investigadora Silvia Simondini. Todo se desarrolló en silencio absoluto, sin motores, sin viento, sin sonido alguno.
Marcas en el suelo y una estampida
Ramón asegura que la nave nunca tocó tierra, pero dejó una clara marca circular quemada en el pasto. Al día siguiente, el área fue cercada por autoridades, que no permitían el ingreso debido a una supuesta “radiación elevada”. Durante el evento, una manada de caballos —asustados por lo que fuera que percibieron— entró en estampida, casi provocando una tragedia.
“El animal sabe”, dijo Ramón, con voz firme. “Los caballos venían de frente y giraron cuando sintieron que había gente. Estaban desesperados”.
Segundo encuentro: luces sobre la Laguna del Pescado
Años después, en una noche de caza cerca de la Laguna del Pescado, Ramón vivió otro episodio inexplicable. Entre los árboles, flotando apenas por encima del alambrado, una estructura repleta de luces cuadradas —rojas, verdes y amarillas— se deslizaba sin hacer ruido. Él y su acompañante huyeron del lugar, convencidos de que estaban frente al mismo fenómeno.
¿Encuentro cercano o fenómeno sin explicación?
Ramón, hombre de campo y criado en la zona, dice no tener intención de convencer a nadie. “No me gusta mentir”, repite varias veces durante la entrevista. Asegura que hay cosas en el cielo que “no son estrellas” y que muchos de estos objetos parecen camuflarse entre ellas.
Desde el fenómeno de las “motos voladoras” hasta las esferas silenciosas que flotan entre árboles, el relato de Ramón se suma a una larga lista de testimonios que apuntan a la región de Entre Ríos como uno de los puntos calientes del fenómeno OVNI en Argentina.
