Hola, mis queridos lectores de LT9, ¿cómo están?
Hoy quiero dedicar este espacio a ellas, a esas mujeres que muchas veces pasan desapercibidas, pero sin las cuales el campo no sería lo que es.
Cada 15 de octubre se celebra el Día Internacional de las Mujeres Rurales, una fecha instaurada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2008 para reconocer el papel fundamental que cumplen en la agricultura, la seguridad alimentaria y el desarrollo de las comunidades rurales en todo el mundo.
Esta jornada busca algo más que un homenaje. Es un llamado a la reflexión sobre las desigualdades que aún persisten: el difícil acceso a la tierra, al crédito, a la tecnología, a la educación y a la toma de decisiones.
Porque aunque la mujer rural es pilar, productora, madre, administradora y muchas veces la primera en levantarse y la última en acostarse, todavía hay caminos por recorrer para que su voz tenga el mismo peso que la de los hombres en el ámbito agropecuario.
La propuesta de crear este día nació en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995), cuando un grupo de países —liderados por Canadá— propuso reconocer el trabajo de las mujeres del campo. Trece años después, la ONU oficializó la fecha.
Desde entonces, cada 15 de octubre se celebra en todo el mundo, con el objetivo de visibilizar y revalorizar el aporte de las mujeres que, con su trabajo silencioso, alimentan al planeta.
En Argentina, son muchas las que día a día sostienen la producción y la vida rural.
Algunas trabajan la tierra, otras crían animales, otras lideran cooperativas o se desempeñan como técnicas e ingenieras agrónomas. Pero todas comparten algo: el amor por el campo y una enorme capacidad de resiliencia.
Organizaciones como el Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha (MML), surgido en los años ’90, marcaron un antes y un después en la visibilidad de las problemáticas del sector. También el colectivo Mujeres Rurales Argentinas, que hoy impulsa proyectos de capacitación, liderazgo y derechos sobre la tierra, demuestra que cuando las mujeres se organizan, transforman.
En nuestra provincia de Santa Fe, son muchas las mujeres que están al frente de establecimientos familiares, en tambos, en huertas, en granjas, en apicultura o en producciones intensivas como la frutilla, el pecán o la horticultura.
Son ellas las que, muchas veces, sostienen el campo cuando la sequía aprieta o cuando los números no cierran. Las que gestionan, producen, educan y mantienen viva la identidad rural.
A nivel internacional, también hay mujeres que dejaron huella:
Sizani Ngubane, en Sudáfrica, fundó el Rural Women’s Movement para luchar por el acceso de las mujeres a la tierra.
Elvia Alvarado, en Honduras, organizó a campesinas para recuperar territorios y defender sus derechos.
Tahrunessa Abdullah, en Bangladesh, promovió la educación y la autonomía de las mujeres rurales en su país.
Sus historias nos recuerdan que la lucha por la igualdad en el campo es global y que los desafíos se repiten, sin importar el idioma ni la geografía.
Lo que se busca con esta fecha
- Reconocer el trabajo de las mujeres rurales en la producción de alimentos y el cuidado de la tierra.
- Promover políticas públicas que garanticen su acceso a recursos, capacitación y financiamiento.
- Impulsar la equidad de género en el ámbito rural.
- Fomentar la participación activa en cooperativas, asociaciones y espacios de decisión.
En definitiva, que ninguna mujer rural vuelva a ser “invisible”.
No quiero despedirme este sábado sin dejarles un listado de algunas de las mujeres rurales argentinas que marcaron camino:
1. Ninfa Fleurí (1909–1973) — La primera ingeniera agrónoma de América Latina
Fue la primera mujer ingeniera agrónoma del continente, graduada en la Universidad Nacional de La Plata en 1933. En tiempos en que la agronomía era un ámbito exclusivamente masculino, su título abrió la puerta a muchas otras mujeres.
Dedicó su vida a la docencia y al desarrollo de la educación agraria. Su ejemplo simboliza el inicio de la participación femenina en las ciencias del agro argentino.
2. Lía Encalada (1932–2020) — Pionera de la FAUBA y referente educativo
Hija de Ninfa Fleurí, fue la primera egresada mujer de la Facultad de Agronomía de la UBA. Luchó por el acceso de las mujeres a la formación agronómica y la igualdad profesional en un entorno de grandes resistencias.
Hoy, en su honor, se entregan los Premios Lía Encalada, que distinguen a mujeres rurales destacadas en distintas actividades del agro argentino.
3. Mira Díaz — Campesina y dirigente tucumana
Proveniente de una familia trabajadora del norte, participó en las Ligas Agrarias y en movimientos rurales del NOA, defendiendo los derechos de las mujeres y familias campesinas.
Durante la dictadura fue perseguida y detenida, pero al recuperar la libertad siguió militando en la defensa de los derechos agrarios y la soberanía alimentaria.
Su historia representa la resistencia y el coraje de las mujeres rurales en contextos adversos.
4. Susana Olego — Dirigente y promotora del liderazgo femenino en el campo
Productora y dirigente agropecuaria, fue una de las primeras mujeres en ocupar espacios gremiales dentro del ámbito rural, en una época donde la representación femenina era casi inexistente.
Ha participado en instituciones vinculadas a la Federación Agraria Argentina y en programas de liderazgo para mujeres rurales. Su voz impulsó debates sobre género y participación en el agro argentino.
5. Andrea Sarnari — La primera Secretaria Gremial mujer de la Federación Agraria
Productora agropecuaria, abogada y dirigente, Sarnari es hoy una de las figuras femeninas más visibles del gremialismo agrario.
Su designación como Secretaria Gremial de la Federación Agraria Argentina marcó un antes y un después. Representa una generación de mujeres jóvenes que reclaman un campo más equitativo y con igualdad de oportunidades.
6. Claudia Gerlero — Productora tambera santafesina
Dueña de un tambo en el centro de Santa Fe, fue reconocida por su trabajo en gestión eficiente y buenas prácticas lecheras.
Recibió el Premio Lía Encalada 2023 por su aporte al desarrollo local y por mostrar que las mujeres también lideran en producciones tradicionalmente masculinas.
Su historia es cercana y refleja el espíritu de muchas mujeres santafesinas que sostienen la producción desde el esfuerzo diario.
7. Claudia Villalba — Referente Mocoví y promotora del arraigo rural
Pertenece a la comunidad Mocoví de Santa Fe. Trabaja por el fortalecimiento de las mujeres indígenas y rurales, promoviendo proyectos de agroecología, huertas comunitarias y autonomía económica.
Ha sido reconocida por Expoagro como una de las 20 mujeres rurales destacadas de Argentina, representando la diversidad cultural del campo.
8. Marilina Vignolo — Fundadora del movimiento Mujeres Rurales Argentinas (MRA)
Ingeniera agrónoma y productora, lidera el colectivo Mujeres Rurales Argentinas, una red nacional que nuclea a cientos de mujeres de distintas provincias.
El movimiento promueve la capacitación, el liderazgo, el acceso a la tierra y la igualdad de oportunidades, con un enfoque federal y solidario.
Su labor ha posicionado la voz femenina rural en espacios políticos, empresariales y académicos.
Estas mujeres —de distintas generaciones, territorios y trayectorias— comparten un mismo hilo: el amor por la tierra, la lucha por la equidad y la convicción de que el campo también tiene rostro de mujer.
Gracias a ellas, hoy existe una nueva conciencia sobre el rol que cumplen las mujeres rurales en la producción, la economía y el tejido social del interior argentino.