Indignados. Así se mostraron cientos de usuarios españoles en Twitter por las “burlas” de los jugadores argentinos y la reacción del capitán Lionel Messi ante sus rivales de Países Bajos. Los acusaron de malos ganadores, hablan de las “formas” y despotrican contra el capitán albiceleste como irrespetuoso.
En el medio de su sobreactuada reacción aparece la comparación con Luca Modric y los jugadores croatas, quienes consolaron a sus pares brasileños luego de eliminarlos de la copa, también en la tanda de penales. Un paralelismo sin contexto, sin detalle de como se desarrollaron ambos partios.
Muchos dirán que si los argentinos fueron provocados por los holandeses, no deberían responder de la misma manera y seria mejor actuar con altura.
Para las usuarios que ofician de jueces, lo realizado por Messi, Otamendi y compañía es vulgar, sucio y avergüenza. Todo esto lo twittearon desde un pedestal moral artificial que se autofabricaron. No les importa el contexto del partido, los asustan los rebeldes. porque cuando, las que ellos consideran las elites deportivas (las de Europa, claro), reaccionan de la misma manera que los argentinos hablan de hombría, rudeza o se florean por la “muestra de carácter”, en cambio, ver un equipo latinoamericano plantado los asusta, les parece incivilizado. No pueden entender que no se obedezca a su orden y moral, solo aceptan la victoria de latinos y africanos bajo los estandartes imperiales que nos quisieron imponer históricamente y que ellos consideran “normal”.
Argentina es el único equipo que propone salirse de las propuestas tácticas convencionales y resolver en sus individualidades, esa rebeldía genera la admiración de los fanáticos del fútbol y el odio de los simplistas esquemáticos, un argumento más para destronar a un equipo que parece “ensuciar” su tan hermoso juego.