En el Barrio Empalme Graneros, después de la balacera por la cual murió un niño de 11 años, Máximo Jerez y otros resultaron heridos y se encuentran internados, los vecinos apedrearon, tiraron e incendiarios los bunker del barrio.
Los efectivos policiales se llevaron detenido al dueño de una casa, a dos de sus hijos y a dos mujeres integrantes de la familia, al tiempo que dispararon postas de goma para dispersar a los vecinos enardecidos que querían ingresar a la vivienda.
Con los arrestos concretados los vecinos del barrio destruyeron varias paredes del domicilio y se apoderaron de todos los efectos que había en el interior, muebles, heladeras, sillas, y todo los muebles de los bunker.
El hecho quedó registrado en imágenes por distintas cámaras de televisión, en las cuales se observó el momento en el que un hombre desde la terraza de la casa extrajo un arma de fuego y efectuó varios disparos contra la gente.
Mientras la casa era derrumbada, los vecinos aplaudían y “marcaban” otras casas que consideraban que eran utilizadas como kioscos de drogas.
Varios manifestantes resultaron heridos, entre ellos el padre de Máximo, que recibió varios perdigones de goma disparados por los policías para dispersar a los manifestantes, mientras que la tía del niño asesinado sufrió una descompensación.