Hasta fin del año pasado, Argentina cobijaba a 185.342 personas que llegaron por ser desplazadas contra su voluntad de sus lugares de origen, según el informe publicado el pasado 20 de junio en Ginebra, Suiza, en oportunidad de celebrarse el Día Mundial del Refugiado.
Esta población de interés para el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) está compuesta por:
Es un porcentaje ínfimo sobre el total de más de 82 millones en el mundo obligadas a huir de sus hogares en busca de un lugar seguro, contabilizadas en las Tendencias Globales, pero su dimensión se resalta cuando de un estudio reciente realizado por la consultora IPSOS en 28 países, surge que Argentina, una vez más, se ubica entre los países del mundo más amigables para con estos desplazados.
El resultado de la encuesta indica que un 79% de los argentinos está de acuerdo con que las personas puedan refugiarse en otros países, incluso en el nuestro, para escapar de la guerra o la persecución.
La adhesión frente a la misma pregunta supera a la de 2019, que había sido del 74% de la población de nuestro país que estaba de acuerdo con la premisa.
En 2020, ese porcentaje ascendía a 76%, lo cual significa un aumento de 5 puntos en un lapso de dos años.
Los datos surgen del estudio “Actitudes globales hacia los refugiados” (“Global Attitude Towards Refugees”), realizado entre el 21 de mayo y el pasado 4 de junio de este año por la consultora de investigación de mercado IPSOS.
El objetivo fue medir la apertura de las comunidades con las personas refugiadas.
Fueron encuestadas en total 19.510 adultos de entre 16 y 74 años, pertenecientes a 28 países, y los argentinos resultaron ser una de las poblaciones más amigables con los refugiados.
El propósito con que fue creado el Día Internacional del Refugiado, instaurado en 2001 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, ha sido dar visibilidad a la mayor crisis humanitaria de la historia desde la Segunda Guerra Mundial y reconocer los derechos de todas las personas que se vieron forzadas a huir de sus hogares.
Argentina se destaca entre el grupo de países abiertos a recibir e integrar a los refugiados, personas que huyen de sus hogares para salvar sus vidas en su país.
Un dato que ubica a nuestra población entre las más receptivas con los refugiados es el nivel de confianza sobre su integración en nuestro país.
El 60% cree que las personas refugiadas lograrán adaptarse de manera exitosa a la sociedad, más allá de las dificultades que implica el proceso.
Asimismo, la muestra en otros países refleja esta apertura para la integración de los refugiados allí: Arabia Saudita con un 76% de aprobación, India con un 68% y Brasil con 58%, entre otros.
La mayoría de las personas en los países encuestados (70% en promedio) apoya el principio de buscar refugio de la guerra y la persecución, pero pocos (14% en promedio) están abiertos a permitir que más refugiados ingresen a su país a raíz de la pandemia.
ACNUR trabaja en pos de encontrar soluciones duraderas que les permitan a las personas refugiadas recomponer su presente, ya sea a través del reasentamiento en otro país, de su integración en la comunidad de acogida o bien a través de la repatriación voluntaria a sus hogares, si el contexto lo permitiera.
“Nos encontramos frente a una crisis humanitaria que año a año se profundiza. El compromiso de toda la sociedad es fundamental. Compartimos nuestro orgullo con todos los argentinos por ser uno de los países del mundo más amigables con los refugiados”, afirmó Carolina Martinenghi, directora de Comunicaciones de Fundación ACNUR Argentina.
Según este informe, publicado el pasado 20 de junio en Ginebra, Suiza, el número de personas que han huido de las guerras, violencia, persecución y violación de los derechos humanos hacia finales de 2020 alcanza casi los 82,4 millones de personas, un aumento del 4% sobre la cifra récord de 79,5 millones alcanzada al final de 2019.
Es decir: más del 1% de la población mundial se vio obligada a dejar sus hogares para salvar sus vidas y necesita ayuda para sobrevivir.
Hay el doble de personas desplazadas forzosas hoy que en 2011, cuando el total era algo inferior a 40 millones.
Las niñas y niños menores de 18 años representan el 42% de todas las personas desplazadas forzosas. Y estimaciones recientes de ACNUR muestran que casi un millón de niños han nacido como refugiados entre 2018 y 2020, y muchos de ellos pueden seguir siendo refugiados durante muchos años.
El informe también señala que en 2020, durante el pico de la pandemia, más de 160 países habían cerrado sus fronteras, 99 de los cuales no hacían excepciones con las personas que querían pedir protección.
Al mismo tiempo que las personas seguían huyendo a través de las fronteras, muchísimas se veían obligadas a desplazarse dentro de sus propios países, impulsadas fundamentalmente por las crisis de Etiopía, Sudán, los países del Sahel, Mozambique, Yemen, Afganistán y Colombia.
Por su parte, el reasentamiento de refugiados registró una drástica caída a lo largo de 2021, con solo 34.400 refugiados reasentados durante el año, el nivel más bajo en 20 años, resultado del reducido número de plazas de reasentamiento disponibles y del Covid-19.
Fuente: Agencia NA / Rubén Chorny