El expresidente Donald Trump anunció este jueves una nueva ronda de aranceles a las importaciones provenientes de más de 70 países, en una medida que vuelve a tensionar el escenario del comercio global. En este contexto, Argentina fue incluida en el grupo de naciones que enfrentarán un arancel relativamente bajo: un 10%.
La medida forma parte de una estrategia más amplia que busca proteger la industria estadounidense y reducir el déficit comercial, un eje recurrente en el discurso económico de Trump, quien se perfila nuevamente como figura central de la política norteamericana de cara a las próximas elecciones.
Según fuentes cercanas al equipo económico de Trump, los nuevos aranceles variarán según país y sector, con algunos destinos enfrentando impuestos de hasta el 60%. En ese marco, el 10% que se aplicará a la Argentina se interpreta como un gesto moderado dentro del endurecimiento general.
Desde el gobierno argentino aún no hubo una reacción oficial, aunque en despachos de Cancillería y Economía se analiza el impacto potencial sobre sectores exportadores clave como el aluminio, productos agroindustriales y manufacturas.
La medida aún debe ser formalizada a través de una orden ejecutiva, pero ya genera inquietud entre empresas multinacionales y organismos multilaterales, que advierten sobre los efectos distorsivos en las cadenas globales de suministro.
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