“El cáncer es una enfermedad del hoy. Sabemos que tiene un origen, que es la falta de perdón”, dijo la rosarina Leda Bergonzi durante su visita en Chile causando el cuestionamiento de los profesionales de la salud de ese país que salieron a responderle. La declaración fue poco antes de que la mujer de 44 años, a la que se le atribuyen poderes de sanación, encabezara un encuentro religioso en el Templo Votivo, en la región de Santiago de Chile, al que asistieron más de 6 mil personas.
Previa a la celebración con los seguidores, Leda mantuvo un contacto con la prensa chilena. “El cáncer es una enfermedad del hoy. Sabemos que tiene un origen, que es la falta de perdón”, manifestó la rosarina. Acto seguido, explicó que su trabajo es llevar a las personas hacia “un camino de sanación interior” que es lo “que tenemos que hacer para llegar al Reino de los Cielos”.
Ante la repercusión de las declaraciones que la Sra. Leda Bergonzi ha realizado a la prensa en Chile y que han tenido repercusión no sólo en el vecino país sino también en el nuestro, acerca de que el origen del cáncer está vinculado a la falta de perdón por parte de quien lo padece, este Arzobispado de Rosario se ve en la obligación de expresar ante la opinión pública, pero en especial ante quienes padecen la enfermedad o han perdido un ser querido a causa de ella lo siguiente:
1.- La visión cristiana del hombre tal como está expresada en el texto que precede a éste nos habla de que el hombre es una unidad bio-síquico-espiritual y que, por lo tanto,hay enfermedades espirituales que pueden afectar lo síquico o lo orgánico.
2.- Lo anterior en modo alguno permite dar el salto para avalar la afirmación de la señora Bergonzi acerca de la causa del cáncer. Dado que, como nos enseñó el Papa Ratzinger, la fe es amiga de la inteligencia, tenemos en cuenta que la ciencia hoy indica que no hay una única causa que lo provoque y menos aún que la misma sea sólo de carácter emocional.
3.- Que en consecuencia las expresiones de la Sra. Bergonzi acerca del origen del cáncer son de su exclusiva responsabilidad y no se corresponden con la enseñanza de la Iglesia en dicha materia.
4.- Expresamos nuestra cercanía a quienes puedan haberse sentido heridos por los dichos que ameritan la presente.
