El sharenting o el afán de los progenitores por compartir imágenes de sus hijos está
sobreexponiendo a los menores a las redes sociales y los está convirtiendo en
“influencers colaterales”, ya tiene en la Justicia varios fallos para proteger la intimidad de los niños, niñas y adolescentes.
“Esta conducta puede constituir una intromisión ilegítima al derecho fundamental a la intimidad, al honor y a la propia imagen del menor, así como afectar al derecho fundamental a la protección de datos” versa la jurisprudencia.
El año pasado, una jueza de Rosario ordenó este martes que el padre y el hermano de una menor, den de baja a fotografías y otra información de ella de las redes sociales. La medida se adoptó tras el pedido de la madre de la niña.
“La sentencia enfoca al pasado y pide eliminar todo, y al futuro, puesto que prohíbe publicar datos o imágenes de la menor. La mamá pide que no se publique porque se vulneran sus derechos”.
Este término, se basa en lo que podríamos calificar como influencers
“colaterales” menores de edad que, en todas las etapas de su vida, se ven expuestos por sus progenitores de manera continuada y reiterada en la red, ya sea de forma directa o de forma indirecta como una parte más del influencer principal.
De acuerdo con la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños del Reino Unido (NSPCC, por sus siglas en inglés), “cada vez que una foto o video es publicada, se crea una huella digital del niño que puede seguirlo en su vida adulta”.
“Siempre es importante pedirle permiso al niño antes de publicar las fotos”, dijo una vocera de la institución a la BBC. “Si se trata de niños muy pequeños, piensa en si les gustaría que lo publicaras o si les avergonzaría. Si no estás seguro, es mejor que no lo hagas”, añadió.
