Hay platos que no fallan. Que unen generaciones, salvan almuerzos apurados y cenas sin plan. La tortilla es uno de ellos: simple, noble y siempre dispuesta a reinventarse. Entre tantas versiones, hay una que despierta unanimidad —la tortilla rellena de jamón y queso—, un guiño perfecto entre lo clásico y lo tentador.
La clave está en no apurarse. En dejar que las papas se ablanden despacio, que la cebolla caramelice y que el queso se derrita sin prisa. No es una receta complicada, pero sí requiere mimo: ese que transforma una tortilla común en un bocado memorable.
Y cuando la servís, dorada y tibia, con el relleno apenas asomando, entendés por qué la cocina casera sigue siendo un refugio. Porque, a veces, la felicidad se parece mucho a una porción de tortilla recién hecha.
Ingredientes:
• 5 huevos
• 3 papas medianas
• 1 cebolla grande
• 150 g de jamón cocido
• 150 g de queso cremoso
• Aceite de oliva
• Sal y pimienta a gusto
Preparación:
1. Pelar y cortar las papas y la cebolla en rodajas finas.
2. Freírlas en una sartén con aceite de oliva hasta que estén tiernas y doradas. Retirar y reservar.
3. En la misma sartén, caramelizar la cebolla a fuego lento. Reservar.
4. Batir los huevos en un bol grande, agregar las papas y la cebolla cocidas, y condimentar.
5. Calentar un poco de aceite, verter la mitad de la mezcla y cocinar unos minutos.
6. Agregar el jamón, el queso y la cebolla caramelizada.
7. Cubrir con el resto de la mezcla y cocinar a fuego lento hasta que la tortilla esté dorada y firme por ambos lados.
Servir tibia, con una ensalada fresca o pan recién tostado. La combinación es simple, pero infalible.
Nos encontramos el próximo sábado!
