Las ferias populares se han convertido en un fenómeno que crece al ritmo de la crisis.
Hay ferias en las que se puede encontrar de todo: ropa, calzado, artículos de ferretería, celulares, cámaras digitales, electrodomésticos, productos de bazar, sábanas y almohadones, mochilas, carteras, alimentos.
Como una forma de subsistencia, a las ferias van a vender quienes perdieron su trabajo, pero también quienes cuentan con un empleo que no les alcanza para afrontar los aumentos en precios y servicios.
El factor económico, hace que las ferias vuelvan a ser necesarias para las economías familiares que no encuentran otro horizonte dentro de la realidad actual.
Pero también cambiaron los compradores. Anteriormente adquirían productos allí sólo los sectores con menores recursos, ahora la clase media también las frecuenta para buscar precios accesibles.
Existen más de diez ferias populares en la ciudad de Rosario, y lo mismo pasa en la provincia de Buenos Aires, Córdoba y ya se ve en el interior del país. Allí, se puede conseguir cualquier tipo de productos. Desde ropa, alimentos, hasta juguetes usados, plantas, zapatos, productos de librería. Los precios son muy inferiores a los que se encuentran en centros comerciales del centro de la ciudad.
