La historia de La mujer de la fila está basada en la historia real de Andrea Casamento, una mujer de clase media cuya vida cambió drásticamente cuando su hijo fue encarcelado injustamente.

Basada en hechos reales, la película protagonizada por Natalia Oreiro rescata la experiencia de cientos de mujeres que, cada semana, se organizan para visitar a sus familiares en las cárceles del país. Detrás de esas filas interminables, hay amor, dolor, resistencia y una lucha silenciosa por la dignidad.
En diálogo con la Nueva Nueve, Claudia “La Negra” Albornoz, referente de La Poderosa contó cómo fue su participación y se refirió a la profunda conexión que une a la organización con la actriz uruguaya. “Conocemos a Natalia porque es madrina de UNICEF. Trabajamos juntas en varias oportunidades. Es una mujer muy comprometida y con un gran corazón”, comentó.
Albornoz compartió que fue la propia Oreiro quien la convocó para sumarse al rodaje. “Me escribió y me dijo que estaban por filmar una película sobre la historia de Andrea, una mujer de clase media que empieza a conocer lo que viven las mujeres que hacen fila para entrar a las cárceles. Me ofreció un papel, pero terminé participando en una de las escenas colectivas con las verdaderas mujeres de la fila. Fue una experiencia enorme”, contó.
Durante la entrevistada destacó que en esa ronda -donde se mezclan la ficción y la realidad- las protagonistas comparten sus historias reales, muchas atravesadas por la injusticia, la pobreza y la lentitud del sistema judicial.

“Lloramos mucho. Fue un momento de catarsis, pero también de fuerza colectiva. Estas mujeres no se quedan en el sufrimiento: convirtieron su dolor en lucha y organización”, relató emocionada Claudia.
La historia detrás de la ficción
La mujer de la fila fue posible gracias al trabajo conjunto de productoras independientes y el apoyo de organismos internacionales como Naciones Unidas.
La historia se inspira en la vida de Andrea Casamento, fundadora de la Asociación de Familiares de Detenidos (ACiFaD) y miembro del Comité contra la Tortura de la ONU, quien transformó su experiencia personal en una causa por los derechos humanos.

“Es una película hecha con mucho corazón, que muetra una realidad terriblemente invisibilizada”, concluyó Claudia.
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