La situación social que Cáritas observa en barrios de Santa Fe muestra un escenario cada vez “más complejo”.
Aumento de la demanda alimentaria, más casos vinculados a salud mental y adicciones y una pobreza que se profundiza en dimensiones que ya no quedan reflejadas en los índices oficiales.
“La realidad supera los números”, advirtió el director de Cáritas Santa Fe, Julio Giménez, en diálogo con Amanecer no es poco.
Una pobreza más compleja
Giménez explicó que la organización enfrenta un cambio de época: familias que no logran cubrir lo básico, chicos con problemas de nutrición en los primeros 1.000 días y una clase media con dificultades en educación y salud.
“La demanda de comida y alimentos sigue incrementando”, señaló.
A eso se suman problemáticas que ya no pueden ocultarse: adicciones, salud mental, suicidios y situaciones que requieren una intervención más profunda que la asistencia tradicional.
Según planteó, el INDEC mide factores objetivos para definir la pobreza, “pero la realidad no bajó, lo que bajó fue la asistencia básica”.
La mirada de Cáritas sostiene que hoy hay más familias en situación crítica, y que muchas problemáticas sociales no figuran en estadísticas, pero sí en la vida diaria de las comunidades.
Del asistencialismo a programas integrales
Desde hace cuatro años, Cáritas inició un proceso de transformación para dejar atrás el esquema limitado a la entrega de ropa o alimentos y pasar a un abordaje integral de la pobreza.
Esto implicó asumir desafíos nuevos, incorporar redes de trabajo y sumar capacidades.
Giménez detalló una iniciativa que ya está en marcha: el programa RAE de reciclaje de aparatos electrónicos junto a la UTN.
“La suma de esfuerzos nos permite tener programas largos”, explicó.
También destacó experiencias con personas privadas de la libertad, que realizan tareas de reciclaje electrónico con la idea de conformar una futura cooperativa.
“Ingresar al sistema de trabajo es difícil, por eso buscamos generar oportunidades reales”, afirmó.
En tanto, detalló que son res las premisas que orientan a Cáritas: acompañamiento, promoción humana y transformación de realidades a través del trabajo.
Un desafío que exige articulación con el Estado
Para Giménez, la complejidad del escenario actual vuelve indispensable la presencia del Estado. Cáritas presentó programas y recibió acompañamiento económico de la Provincia, aunque aclaró que “no alcanza para la magnitud del problema”.
“Hay ejes críticos que no se están resolviendo como la sociedad necesita: salud, educación y seguridad”, sostuvo.
En Santa Fe, además, pesa un dato particularmente grave: el deterioro nutricional en la primera infancia, que condiciona el desarrollo neurológico y marca el futuro de miles de chicos.
“Si no se garantiza una buena base nutricional, los problemas aparecen más adelante”, advirtió.
Adicciones, infancia y salud mental
En la provincia, Cáritas percibe un crecimiento simultáneo de adicciones, trastornos de salud mental y crisis de nutrición infantil.
Para la organización, estos temas demandan abordajes específicos desde los primeros años de vida y con equipos coordinados.
Giménez valoró la tarea de los voluntarios, que mantienen “una mística de solidaridad” y se adaptan a herramientas nuevas.
Pero insistió en que los problemas actuales exceden la capacidad de las organizaciones sociales y requieren políticas sostenidas en el tiempo.
Afianzar el “sentido espiritual”
De cara al 2026, Giménez planteó que el trabajo social deberá sumar también un componente espiritual más fuerte para sostener a las comunidades.
“Debemos afianzar la palabra de Dios para tener esperanza”, expresó.
Y remarcó que la realidad social obliga a mirar de frente los problemas, sin minimizar adicciones, salud mental, suicidios ni el deterioro de las condiciones de vida.
“Debemos dejar de esconder la tierra debajo de la alfombra y abordar estos debates”, concluyó.






















