Cada 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular (ACV), con el objetivo de concientizar sobre la prevención y la atención temprana de esta enfermedad.
El ACV es la segunda causa de muerte y la principal de discapacidad en adultos, y sus consecuencias afectan no solo a quienes lo padecen, sino también a sus familias y entornos cercanos.
La importancia de la atención inmediata
En el marco de este día, el Dr. Néstor Carrizo, jefe de terapia intensiva del Hospital Cullen, explicó en díálogo con la Nueva Nueve que la rapidez en la atención frente a un accidente cerebrovascular (ACV) es fundamental.
“Las primeras cuatro horas desde el inicio de los síntomas representan la ventana terapéutica ideal para aplicar tratamientos como la trombolisis, que puede restaurar el flujo sanguíneo en el cerebro y mejorar la evolución del paciente”, señaló. En esta línea, según Carrizo, actuar a tiempo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, y entre una recuperación completa o secuelas permanentes.
Además, destacó que los hospitales especializados cuentan con equipos multidisciplinarios y tecnologías de imagen que permiten identificar el tipo de ACV y decidir el tratamiento más adecuado, ya sea trombolisis o intervenciones endovasculares en casos de obstrucciones mayores.
La coordinación rápida entre centros de salud y emergencias es clave para optimizar los resultados.
Factores de riesgo, prevención y rehabilitación
Entre los principales factores de riesgo se encuentran la hipertensión, tabaquismo, alcohol, obesidad y diabetes, aunque también pueden presentarse en personas jóvenes, especialmente en casos de trombosis venosa o alteraciones de la coagulación.
Para prevenir la enfermedad, Carrizo recomienda hábitos saludables: mantener una dieta equilibrada, reducir el consumo de sodio y grasas, realizar actividad física regular y someterse a controles médicos periódicos.
Reconocer los síntomas de alerta es igual de importante, dentro de las principales mencionó: alteraciones en la cara, brazos o piernas, problemas en el habla o pérdida de equilibrio. Ante cualquiera de estos signos, es esencial acudir de inmediato a un centro de salud.
Por último, el especialista subrayó la importancia de la rehabilitación temprana y multidisciplinaria. Kinesiólogos, terapeutas ocupacionales y fonoaudiólogos trabajan juntos para potenciar la recuperación, sobre todo en pacientes jóvenes, aprovechando la plasticidad cerebral para restablecer funciones afectadas. La combinación de prevención, detección rápida y tratamiento oportuno es la estrategia más efectiva para reducir el impacto del ACV en la vida de las personas.
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