La tos convulsa, también conocida como coqueluche, vuelve a ser motivo de alerta sanitaria en Argentina.
En diálogo con la Nueva Nueve, el Dr. Hugo Pizzi, especialista en infectología, comentó que hasta el momento se registraron ocho fallecimientos en Ushuaia, Merlo, La Matanza y La Plata.
“Estamos azorados porque en esta época era impensable encontrar casos de tos convulsa, y ahora lamentablemente tenemos ocho muertos”, señaló Pizzi durante una entrevista reciente.
El especialista advirtió que, además de estos fallecimientos, los casos de la enfermedad se cuentan por cientos, y se observa un repunte importante tras la pandemia debido al relajamiento de la vacunación en niños y adultos. Antes de la pandemia, la cobertura de inmunización rondaba el 90% y hoy apenas llega al 70% en algunas zonas.
“Evidentemente esto es por la dejadez, la indiferencia de la gente que ha dejado la vacuna”, remarcó Pizzi, al tiempo que subrayó que la tos convulsa es una enfermedad altamente contagiosa que se transmite por vía aérea y puede provocar complicaciones graves en los más pequeños, incluyendo apnea y cianosis.
Vacunación y prevención: la clave para evitar muertes
El especialista también destacó la importancia de la vacunación en embarazadas:
“Uno de los niños que falleció era un recién nacido; si la madre se hubiese vacunado después de la semana veinte, el niño habría tenido protección hasta recibir su propia vacuna a los dos meses”.
Pizzi señaló además que los grupos antivacunas y la relajación en los controles escolares contribuyen a la baja cobertura. “Antes te pedían el calendario en la escuela y ahora ya no; esto también colabora con que haya más contagios”, explicó.
Entre las recomendaciones, el especialista insistió en la necesidad de cumplir con el calendario obligatorio de vacunación, acudir al médico ante los primeros síntomas de la enfermedad y mantener la prevención como la herramienta más eficaz para evitar complicaciones y muertes.
“El que quiera vivir en sociedad debe seguir las normativas. No se puede arriesgar la salud de los niños por indiferencia o desinformación”, concluyó Pizzi.
