En las últimas semanas, el diputado nacional por Santa Fe del socialismo, Esteban Paulón, se convirtió en el blanco de una escalada de violencia política, mediática y homofóbica, que excedió el cruce partidario en redes sociales.
Los agravios, vinculados no solo a su orientación sexual, sino también a las banderas que defiende y visibiliza, comenzaron en redes sociales la semana pasada a raíz de un tuit de Pablo Pazos, y generaron un fuerte malestar en todo el arco opositor que salió a respaldar al legislador santafesino.
En exclusivo por la Nueva Nueve, Esteban Paulón realizó un duro descargo por la estrategia de amedrentamiento de LLA, caracterizada por el acoso sistemático en busca de una intimidación política.
“Este operativo tiene tres pasos: odio, miedo y silencio“, resumió Paulón y agregó: “Con el odio quieren generar miedo, y con el miedo, inducen al silencio“, denunciando una campaña organizada para disciplinar a referentes de la oposición mediante el escarnio público.
El detonante fue un posteo en el que el legislador expresaba su preocupación por el veto presidencial a la ley de emergencia climática en Bahía Blanca. A partir de allí, fue atacado en redes con acusaciones infundadas como “pedófilo comunista”, “portador de sida” y otras expresiones profundamente estigmatizantes.
El episodio se agravó cuando un influencer y conductor libertario del canal oficialista de streaming “Carajo”, que se sostiene con presunto financiamiento estatal, replicó los insultos en vivo y fue acompañado por cientos de cuentas que amplificaron el mensaje.
“Los ataque no son nuevos, pero cuando ellos detectan o entienden que yo soy un activista de la comunidad LGBTQ+ y que soy gay, automáticamente empiezan con estas acusaciones y este hostigamiento vinculado a la relación que hace este sector, de homosexualidad con la pedofilia, con el VIH y con la pornografía infantil”, explicó Paulón.
En este sentido, puso en evidencia el nivel de impunidad de quienes lo agreden, “antes eran huevitos, ahora son caras reales, en canales pagos por el Estado” denunció el legislador.
Frente a los ataques, el diputado no solo avanzó por la vía judicial con una denuncia penal y una medida cautelar contra el canal Carajo y su conductor Daniel Parissini -para evitar la continuidad de los ataques-, sino que también decidió transformar la agresión en una acción política y pedagógica.
“Entre la bronca y la indignación, digo, tengo que hacer algo, y ese algo es, obviamente, una denuncia penal, ya no una contravención. Y, por otra parte, también creo que toca, porque soy militante y porque elegí esto, no es que me tengo que bancar esto, sino que lo tengo que transformar en un debate social y público sobre el valor de la democracia” sostuvo.
A la pedagogía del odio se la combate con educación
Paulón enfatizó sobre la necesidad de promover lo que denomina la pedagogía de la democracia: “Aprovecho estos minutos que he tenido en muchos medios para hablar de por qué es importante y es valioso vivir en una sociedad plural y democrática, para que este tipo de discursos tengan una sanción social” comentó.
Más allá de la denuncia puntual, su apuesta apunta al terreno simbólico: reconstruir un consenso social contra los discursos de odio que degradan la convivencia y banalizan delitos graves, “no podemos naturalizarlo” remarcó.
Sin embargo, manifestó que su mayor preocupación es política y social: “No me interesa que me defiendan solo por ser yo. Esto es contra toda una comunidad. Cuando nos atacan a nosotros, le pegan a la idea de una democracia plural“, advirtió.
Finalmente, el legislador destacó que más de 50 diputados de distintos bloques -excepto La Libertad Avanza- firmaron un pronunciamiento de apoyo y repudio a las agresiones. También lo hicieron organizaciones de derechos humanos, colectivos LGBT+ y periodistas de diversos espacios ideológicos.
“No se trata solo de responder judicialmente. Se trata de no regalarles el espacio público, de dar el debate social para frenar esta maquinaria de odio“, concluyó.
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