La familia de Pablo Grillo difundió un nuevo parte médico del fotoperiodista herido de gravedad en la cabeza durante una marcha de jubilados.
El parte advierte que la última operación a la que fue sometido el jóven de 35 años no habría dado los resultados esperados.
El fotoperiodista continúa internado en la sala de terapia intensiva y a pesar de que estaría “clínicamente estable”, alertaron que su evolución neurológica “se encuentra en una meseta” y que persisten complicaciones.
“No está teniendo la evolución que se espera”, reconocieron al explicar que los especialistas habían observado una falta de líquido cefalorraquídeo (LCR). En este sentido, señalaron que la cantidad existente “no es suficiente para cubrir todo el cerebro”.
Según los resultados de la última tomografía que le realizaron, detectaron que el “ventrículo cerebral derecho (por donde pasa el LCR) estaría dilatándose más que el izquierdo”. En consecuencia, los médicos plantearon la posibilidad de que la válvula que regula el paso del líquido haya dejado de funcionar correctamente.
Por tal motivo, este martes le realizaron un procedimiento de “cierre de válvula” manual, con una pequeña incisión, con el objetivo de revertir la complicación reportada.
“Continúa luchando, está con fuerzas”, aseguraron y agradecieron: “el cariño que le hacen llegar a él lo siente y lo necesita”.
Como parte de la etapa final de su recuperación, Grillo había sido sometido a una operación el pasado 13 de agosto. En esa intervención, le colocaron dos placas en ambos hemisferios. Pese a que la operación había sido considerada con éxito, en los últimos días comenzaron a notarse las complicaciones.
Qué le ocurrió a Pablo Grillo
El fotoperiodista había sido herido por el disparo de un proyectil de gas lacrimógeno en la cabeza durante una marcha de jubilados. En esa movilización, se habían reportado enfrentamientos entre manifestantes y efectivos de fuerzas federales, lo que derivó en la activación de un protocolo de control en la zona.
A raíz de la lesión, Grillo permaneció en estado crítico en el Hospital Ramos Mejía, donde los equipos médicos constataron una severa pérdida de masa encefálica. Sin embargo, el 3 de junio recibió el alta hospitalaria para continuar su recuperación domiciliaria.
La causa judicial se encuentra en etapa de realización de peritajes técnicos. Así, el 11 de agosto se llevó a cabo una reconstrucción balística bajo la dirección de la jueza federal María Servini, con la colaboración de especialistas de la División Balística de la Policía de la Ciudad.